Vergüenza en Floridablanca: el alcalde Sánchez guarda silencio ante el ataque del gestor de convivencia Saúl Duarte

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El alcalde Sánchez debe decidir si está con la vida o con sus protegidos. Si mantiene a Saúl Duarte en la nómina de la Alcaldía, pasará a la historia como el mandatario que encubrió a un agresor en nombre de la “convivencia”. Floridablanca no merece esta vergüenza.

Vergüenza en Floridablanca: el alcalde Sánchez guarda silencio ante el ataque del gestor de convivencia Saúl Duarte
Un municipio no puede hablar de convivencia ni de seguridad cuando uno de sus propios “gestores de convivencia” es señalado de apuñalar a su esposa. Lo más grave: la Alcaldía de Floridablanca, en cabeza de José Fernando Sánchez, lo mantiene como contratista y calla frente a este hecho atroz.

El cantante de cumbias Saúl Duarte Naranjo, convertido en contratista de la Secretaría del Interior, Seguridad y Convivencia Ciudadana, está señalado de un delito que no admite matices: apuñalar a su pareja sentimental, Natalie Alexandra Pérez Navarro. La mujer sobrevivió, pero permanece hospitalizada después de recibir una herida en el pecho y golpes en el rostro. No es un rumor: es un hecho confirmado por la denuncia de la víctima y por su traslado de urgencia a varios centros médicos.

El escándalo sería suficiente para que cualquier administración municipal reaccionara con contundencia. Pero en Floridablanca ha reinado el silencio. Ni el alcalde José Fernando Sánchez, ni su secretario del Interior Andrés Ardila han condenado públicamente este acto de violencia. Y ese silencio dice más que mil palabras: muestra de qué lado están las autoridades, quiénes son sus protegidos y cuánto les importa realmente la vida de las mujeres.

El contrato de Duarte con la Alcaldía tiene un objeto que hoy suena como una cruel ironía: “apoyar actividades para el fortalecimiento de la seguridad, la mediación comunitaria y la sana convivencia”. ¿Cómo puede alguien que presuntamente atenta contra la vida de su esposa seguir amparado bajo esa sombrilla? ¿Qué legitimidad tiene la institucionalidad local si mantiene en nómina a un agresor señalado por la justicia?

Lo ocurrido es una vergüenza para Floridablanca. Una administración que prometió cercanía y resultados hoy se muestra complaciente con la violencia intrafamiliar y mediocre en sus respuestas. No hay justificación posible. Si la defensa de la familia y de la convivencia son valores reales, el contrato de Saúl Duarte debe terminarse de inmediato. Lo contrario es complicidad.

La comunidad no olvida. Floridablanca ya tiene suficientes heridas abiertas por la politiquería y la improvisación. Ahora, con este silencio indignante, el alcalde José Fernando Sánchez suma una nueva mancha a una administración que en año y medio ha demostrado incapacidad, falta de liderazgo y, ahora, tolerancia frente a la violencia contra las mujeres.