Vergüenza en Bucaramanga: contratistas de la Alcaldía usados como aplaudidores en apoyo a Beltrán tras su caída
Bucaramanga fue testigo de una vergüenza: contratistas de la Alcaldía usados como claque para aplaudir a un alcalde inhabilitado, un show que revela cómo la politiquería sigue desangrando a la ciudad.
Lo que debía ser una jornada de reflexión institucional terminó convertido en un espectáculo bochornoso. Tras conocerse el fallo del Consejo de Estado que anuló la elección de Jaime Andrés Beltrán por doble militancia, en pleno centro de Bucaramanga aparecieron decenas de contratistas de la Alcaldía —no ciudadanos espontáneos— convocados para simular un respaldo popular al exmandatario.
En el Parque García Rovira, frente a la sede de la Alcaldía y la Gobernación, el guion fue evidente: carteles preparados con frases como “Hasta el final con Jaime Andrés” y arengas coordinadas que más parecían un acto político oficial que una manifestación libre de apoyo. Una puesta en escena que recuerda los peores excesos del exalcalde Daniel Quintero en Medellín, donde los recursos y el personal público se usaron como maquinaria de aplaudidores.
“Esto es una vergüenza. Mientras Bucaramanga sufre con semáforos dañados, huecos en las vías y barrios sin atención, el talento humano de la Alcaldía se destina a sostener la imagen de un alcalde caído”, señaló indignado un ciudadano que presenció el acto.
Beltrán, en medio del montaje, agradeció a quienes lo acompañaban, insistió en que “Bucaramanga volverá” y que su salida no era una derrota. Pero lo que para él fue un discurso de resistencia, para la opinión pública fue la confirmación de que la politiquería sigue encontrando nuevas formas de burlarse de la ciudadanía.
La utilización de contratistas en horario laboral para llenar plazas públicas y sostener la narrativa de un líder caído no solo es una burla a la democracia, sino también un reflejo de la mediocridad administrativa que marcó esta gestión.
