Vanguardia: De diario regional a vitrina familiar bajo el mando de Melissa García

Noticia validada por AI en varias fuentes
Vanguardia: De diario regional a vitrina familiar bajo el mando de Melissa García
Melissa García Neira, directora de Vanguardia
El regreso de Diego García Neira a Vanguardia no es una sorpresa editorial, sino el más reciente capítulo de una agenda familiar que convierte el periódico en vitrina personal de su directora.

Desde que Melissa García Neira asumió la dirección de Vanguardia, el periódico más tradicional del oriente colombiano, a cargo de Rodolfo Galvis Blanco, dejó de ser una casa editorial para convertirse en una empresa familiar con todos los privilegios reservados para su círculo más cercano. La llegada de su hermano, Diego García Neira, como caricaturista oficial no es un simple movimiento editorial: es el síntoma de una estructura que prioriza la conveniencia familiar sobre la independencia periodística.

Diego, quien ya había sido apartado del periódico en el pasado, regresa ahora no solo con columna propia un domingo sin ningún mérito como columnista en la región, sino con un espacio fijo como caricaturista y una generosa promoción de sus libros. Sí, Vanguardia —que alguna vez se enorgullecía de su independencia— ahora dedica artículos enteros para ensalzar la carrera artística del hermano de su directora, como si se tratara de un medio promocional personal.

Pero esto no termina allí. Melissa, quien en campaña acompañó a Horacio José Serpa en una cruzada contra Alberto Montoya Puyana por supuestamente querer entregar el agua a las mineras, decidió —una vez instalada en la dirección del diario— limar esas asperezas con una entrevista amistosa a quien antes fue su blanco político. ¿Periodismo o conveniencia? La línea se diluye peligrosamente.

Y mientras tanto, lo único que le falta a la directora es montar una empresa de organización de bodas al interior del periódico. Porque si algo ha quedado claro en este viraje editorial, es que el nuevo enfoque de Vanguardia está más cerca del álbum familiar que del deber informativo.

El periodismo exige distancia del poder y transparencia en sus decisiones. Hoy Vanguardia —bajo la batuta de Rodolfo Galvis Blanco— parece haber renunciado a ambas. La crítica no es contra Diego ni su talento, sino contra el uso de un medio público como plataforma privada. La prensa libre se construye con independencia, no con lazos de sangre.

Más noticias: