Tres años después, vías terciarias de Santander siguen sin intervención prometida por el programa ‘Caminos Comunitarios de la Paz Total’

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Tres años después de anunciado, el plan para mejorar 400 kilómetros de vías terciarias en Santander sigue sin ejecutarse, dejando a las comunidades rurales aisladas y con promesas sin cumplir.

Tres años después, vías terciarias de Santander siguen sin intervención prometida por el programa ‘Caminos Comunitarios de la Paz Total’
Bucaramanga. Tres años han pasado desde que el Gobierno del presidente Gustavo Petro anunció, con amplia difusión, el programa Caminos Comunitarios de la Paz Total, una estrategia que buscaba rehabilitar 33.000 kilómetros de vías terciarias en el país, con participación directa de las Juntas de Acción Comunal (JAC) y una inversión nacional estimada en ocho billones de pesos.

La iniciativa fue presentada como un plan de integración territorial, pensado para conectar regiones históricamente marginadas, impulsar la economía rural y facilitar la conexión con rutas de comercio nacional e internacional.

En Santander, el proyecto contemplaba la intervención de 400 kilómetros de vías terciarias, con un presupuesto de 400.000 millones de pesos, incluidos dentro de las propuestas estratégicas que el departamento presentó para el presupuesto nacional 2025. El objetivo era mejorar la interconexión de las zonas rurales y cerrar una brecha vial que, según productores y autoridades locales, ha limitado el desarrollo de una economía que depende mayoritariamente de la agricultura.

Impactos de una red vial deficiente

Las condiciones actuales de la red terciaria en Santander generan efectos directos sobre la productividad y la calidad de vida. Entre los problemas más frecuentes se encuentran congestiones por pasos restringidos, incremento en los tiempos de viaje, mayores costos para el transporte de carga y pasajeros, y pérdidas económicas por la imposibilidad de llevar productos a tiempo a los mercados.

En lo social, la falta de vías en buen estado restringe el acceso a servicios esenciales. Casos como pacientes que no logran llegar a hospitales o estudiantes que no pueden asistir a clases por el mal estado de los caminos ilustran la magnitud del problema.

Promesas sin ejecución

El plan gubernamental también incluía esquemas de mantenimiento para garantizar la durabilidad de las obras, con participación de las comunidades organizadas en las JAC, bajo supervisión técnica y control de recursos. Sin embargo, en el caso de Santander, la ejecución real es mínima.

Fuentes comunitarias señalan que, salvo intervenciones superficiales calificadas como “raspados de gallina”, la mayor parte de las vías continúan en mal estado. Los 400.000 millones de pesos proyectados para el departamento no han sido invertidos y, según líderes rurales, el programa ha quedado reducido a una promesa que podría ser usada como bandera política en la campaña electoral que se aproxima.