Tensión y escándalo en el Congreso: instalación de nueva legislatura se convierte en campo de batalla entre Petro y la oposición
Lo que debía ser un acto protocolario terminó convertido en un espectáculo de confrontación: el discurso de Petro fue interrumpido con gritos de “¡mentiroso!”, mientras congresistas protestaban con carteles y disfraces.

La instalación de la cuarta y última legislatura del Congreso (2025‑2026) se convirtió en una radiografía caliente de la polarización política colombiana, con carteles, gritos y hasta mascarillas de “Papá Pitufo” en la plenaria, evidenciando un ambiente de fricción profunda entre el Gobierno y la oposición.
Desde primera hora, el Salón Elíptico se vistió de forma dividida: del lado del Pacto Histórico se vieron pancartas con mensajes de apoyo a Petro, como “La esperanza vence al miedo” o “Gustavo Petro vamos bien”. Del lado opuesto, la oposición desplegó letreros críticos: “Pronto cesará la horrible noche”, “¿Dónde está su amigo Carlos Ramón?” o “El adicto manipula”.
El más llamativo gesto de protesta fue el del representante José Jaime Uscátegui (Centro Democrático), quien caminó por el salón con una máscara de “Papá Pitufo”, aludiendo al presunto financista de la campaña de Petro, y subrayando que su presencia buscaba interrumpir el discurso presidencial.
La jornada también vio a senadores y representantes ondeando pancartas y gritando a coro, a tal punto que fallaron las normas del recinto: durante el discurso del presidente saliente del Senado, Efraín Cepeda, se escucharon aplausos constantes pese a estar prohibidos.
El presidente Gustavo Petro ofreció un balance de gestión respaldado con cifras: inflación reducida del 13,8 % al 4,82 %, crecimiento económico del 2,7 %, expansión del salario mínimo, y la aprobación de reformas pensional y laboral. Sin embargo, su discurso fue interrumpido con gritos de “¡mentiroso!” y disruptivas reacciones infantiles, lo que lo obligó a detenerse y luego responder: “No quiero dejar sin voz a la oposición, porque la necesitan y mucho”.
Al final, quedó claro que la nueva legislatura reflejará ese cuadro tenso: por un lado, un Congreso dispuesto a operar reformas, con presidencias del Senado (Lidio García) y de la Cámara (Julián López) que cuentan con el respaldo de Petra; del otro, una oposición beligerante, listos para confrontar cada iniciativa.
En síntesis, lo que debía haber sido un acto protocolario se transformó en un episodio bochornoso de confrontación política, con escenificaciones, gestos teatrales y poco espacio para el diálogo respetuoso en el Congreso.