¡Se metieron los del ELN a Puerto Parra y el Gobierno sigue mirando para otro lado!

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La tranquilidad de los habitantes de la Montoya, en Puerto Parra, se vino abajo la noche del 14 de octubre.

¡Se metieron los del ELN a Puerto Parra y el Gobierno sigue mirando para otro lado!
A estas ratas hay que capturarlas.
Santander ofrece $50 millones por información que permita capturar a los criminales que sembraron el terror con ráfagas de fusil.

Puerto Parra, Santander — La tranquilidad de los habitantes de la Montoya, en Puerto Parra, se vino abajo la noche del 14 de octubre. Hombres armados, vestidos de civil y con acento foráneo, irrumpieron en el corregimiento, hicieron tiros al aire y aterrorizaron a la población. Todo apunta a que se trata de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ahora pretende meterse al corazón de Santander, probando hasta dónde llega la pasividad del Estado.

Las ráfagas estremecieron a las familias que a esa hora intentaban dormir. En cuestión de minutos, el miedo corrió por las calles y varias personas huyeron hacia zonas más seguras. “Fueron como diez tiros. Gritaban que el pueblo ya tenía dueño”, relató una mujer del sector bajo reserva de identidad, temerosa de represalias.

Ante la gravedad de los hechos, el secretario del Interior de Santander, Óscar Hernández, confirmó que las autoridades activaron un plan de emergencia junto con el Ejército y la Policía del Magdalena Medio. Se ofrece una recompensa de hasta $50 millones por información que conduzca a la captura de estos delincuentes.

“Estamos hablando de un acto de intimidación. Es evidente que quieren sembrar terror y mostrar presencia en nuestro territorio. No lo vamos a permitir. Santander se respeta”, declaró Hernández.

Las autoridades establecieron una línea directa para recibir información y reforzaron los patrullajes en toda la zona. Se desplegaron unidades del Gaula, inteligencia militar y comandos del Ejército Nacional para contener cualquier intento de ocupación.

Lo más grave, según reveló el propio funcionario, es que el ataque habría provocado desplazamiento forzado de varias familias del corregimiento de La Montoya, donde el grupo armado lanzó los disparos.

Mientras tanto, la indignación crece entre los santandereanos, que no entienden cómo el Gobierno Nacional sigue promoviendo diálogos de paz con una organización que continúa aterrorizando pueblos. “¿De qué sirven los diálogos si siguen disparando?”, se preguntó un líder comunal de Puerto Parra.

La comunidad exige resultados, no comunicados. Pide presencia militar permanente y una respuesta clara frente a lo que califican como una provocación directa al departamento.

Porque aquí, en Santander, no hay espacio para los violentos.