Saúl Naranjo sigue prófugo y el alcalde de Floridablanca José Fernando Sánchez sigue mudo

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Saúl Duarte Naranjo sigue prófugo tras ser señalado de apuñalar a su pareja, mientras el alcalde José Fernando Sánchez y su esposa callan. Una vergüenza que convierte a la administración de Floridablanca en cómplice moral de un intento de feminicidio.

Saúl Naranjo sigue prófugo y el alcalde de Floridablanca José Fernando Sánchez sigue mudo
Prometieron en campaña defender a las mujeres y terminaron defendiendo feminicidas
Mientras Natalie Alexandra Pérez lucha por recuperarse tras ser víctima de un brutal intento de feminicidio, su agresor, el cantante de cumbia y contratista de la Alcaldía de Floridablanca, Saúl Duarte Naranjo, sigue prófugo de la justicia. Más indignante aún: el alcalde José Fernando Sánchez y su esposa, la primera dama del municipio, guardan un silencio cómplice que los desnuda como pusilánimes frente a la defensa de las mujeres.

Han pasado días desde que se conoció la denuncia que sacudió a Floridablanca. Duarte Naranjo, además de ser conocido en el mundo de la música popular, tiene contrato vigente como gestor de convivencia en la Secretaría del Interior, Seguridad y Convivencia Ciudadana, donde supuestamente debía promover la paz y la sana convivencia. Paradójicamente, está señalado de haber atacado con arma blanca a su pareja sentimental en un acto de violencia que pudo terminar en feminicidio.

En cualquier municipio serio, la administración local habría repudiado de inmediato semejante hecho, suspendido el contrato y enviado un mensaje claro de respaldo a la víctima y a todas las mujeres. Pero en Floridablanca la realidad es otra: el alcalde José Fernando Sánchez, que tanto disfruta tomarse fotos bailando carranga en las veredas, ha sido incapaz de pronunciarse. Su silencio lo pinta de cuerpo entero: fuerte para las fiestas, débil para defender la vida de las mujeres.

La indignación ciudadana crece no solo por la ausencia del mandatario, sino también por la de su esposa, la gestora social, quien ha preferido callar. Ese mutismo de la “primera dama” frente a un caso tan grave manda un mensaje devastador: que las mujeres de Floridablanca no pueden esperar respaldo de quienes ocupan los cargos públicos que deberían protegerlas.

Mientras tanto, Duarte Naranjo sigue sin responder ante la justicia, demostrando la fragilidad de un sistema que permite que agresores contratados por la misma administración continúen escondidos, intocables. La pregunta es inevitable: ¿le seguirán manteniendo el contrato desde el silencio cómplice del despacho municipal?

Floridablanca no merece esta vergüenza. Callar frente a un intento de feminicidio cometido por un contratista del propio alcalde es convertirse en encubridor moral. Y hoy, José Fernando Sánchez, con su pusilanimidad, ha dejado claro de qué lado está: no del lado de las mujeres, sino del agresor.