¡Richard Aguilar Vuelve del Olvido! El Zar quiere Repetir Curul… Ahora de Rojo Liberal
El exgobernador Richard Aguilar, procesado por corrupción y con pasado judicial aún abierto, reaparece en la política santandereana con el Partido Liberal. Entre alianzas estratégicas y viejas mañas, su regreso al escenario electoral enciende el debate: ¿resiliencia o reciclaje del poder impune?

La política santandereana está de regreso en modo reality show: Richard Aguilar Villa, el exgobernador que se hizo célebre –y también infame– por escándalos de contratación millonaria, retorna a la escena nacional, esta vez bajo las toldas del Partido Liberal.
El personaje que alguna vez juró renovación y transparencia vuelve decidido a conquistar de nuevo el Senado, como si la historia de corrupción y prisión preventiva fuera un simple capítulo borroso de otro libro.
Un regreso anunciado y con sello “clan Aguilar”
El salto de Aguilar al liberalismo no toma por sorpresa a la clase política local. Después de militar y llegar al Senado con Cambio Radical, sigue el libreto tradicional de los grandes clanes políticos: adaptar el color partidista según las circunstancias. De acuerdo con fuentes del círculo cercano, ya recorre los municipios de San Gil, Socorro y Barichara, preparando el terreno y tejiendo alianzas, especialmente con el poderoso grupo de los Pinto, para lanzar oficialmente su fórmula bicameral en las legislativas de 2026. Aunque su activismo es por ahora “visita de amigos”, nadie duda que ya está en campaña.
La mancha imborrable: corrupción y procesamientos
Difícil olvidar el estallido mediático cuando Aguilar, en julio de 2021, fue capturado por el CTI tras fuertes acusaciones de corrupción durante su mandato como gobernador. La Fiscalía —y luego la Corte Suprema— lo procesaron por conformar una presunta red de contratación amañada que alcanzó más de $29 mil millones en proyectos públicos, como la adecuación de la villa olímpica de Bucaramanga. Los delitos imputados incluyeron concierto para delinquir, peculado por apropiación, interés indebido en la celebración de contratos y más.
Su renuncia al Senado fue inmediata, pero la historia judicial quedó en terreno pantanoso: recobró la libertad por vencimiento de términos mientras el proceso sigue en curso.
¿Por qué vuelve? Y, ¿quiénes lo acompañan?
Richard Aguilar trata, ahora con la flamante casaca liberal, de borrar el amargo sabor de los titulares de corrupción. El plan, sin embargo, va más allá de la simple supervivencia política: busca catapultarse junto a nuevos aliados, como el hijo de Miguel Ángel Pinto, esperando sumar votos y favores en Santander.
Su apellido sigue siendo parte de un clan familiar que ha dominado la vida pública local y nacional, con un historial de escándalos que no solo lo involucran a él, sino también a su padre, Hugo Aguilar, destituido e inhabilitado por nexos con paramilitares y corrupción, y a su hermano, también investigado por la justicia.
De la prisión a la campaña
Así es como, cuatro años después de su espectacular caída, Aguilar reaparece en las portadas y en las calles, agitando la bandera liberal y prometiendo “nuevos aires” para el Congreso. Para algunos, es ejemplo de resiliencia política; para otros, el triste síntoma de una justicia selectiva que nunca logra hacer rendir cuentas a los “peces gordos” del poder regional.
Richard Aguilar vuelve a apostar: de protagonista del escándalo, a retador electoral del Senado. El reloj avanza y la política santandereana, pese a todo, nunca pierde la memoria… ni los apellidos de siempre.