Promesas rotas y caos vial: el caso del Parque El Lago evidencia el fracaso de José Fernando Sánchez en Floridablanca

El Parque Recreacional El Lago, antiguo hogar de Acualago, es hoy un símbolo del deterioro y la desidia administrativa en Floridablanca. Lo que en campaña el alcalde José Fernando Sánchez presentó como una de sus promesas emblemáticas, se ha convertido en otro capítulo de un gobierno marcado por el peor desorden vial en décadas y un caos administrativo sin precedentes.

Lejos de ser un proyecto en marcha, la recuperación de este espacio sigue atrapada en trámites, convenios y anuncios que no se materializan. Mientras el terreno se deteriora a simple vista, el mandatario insiste en que “ya hay fecha” para la entrega de estudios y diseños, pero no presenta avances concretos en la financiación ni en la ejecución de la obra.

Una administración incapaz de gobernar

Sánchez no solo ha incumplido sus compromisos, sino que tampoco ha logrado consolidar un equipo propio. La Alcaldía está poblada de contratistas heredados de la administración de Miguel Ángel Moreno, muchos de ellos cercanos al concejal de oposición Sergio Flechas, quien hoy actúa como aliado del actual gobierno. Esto ha generado una administración fragmentada, sin rumbo claro y con intereses cruzados que han paralizado decisiones claves para la ciudad.

La promesa que nunca despega

En declaraciones recientes, el alcalde afirmó que, junto con el gobernador de Santander, Juvenal Díaz, firmó un convenio para “recuperar el espacio familiar más querido por los florideños”. Según él, en septiembre se entregarían los estudios y diseños del nuevo parque, que incluiría atracciones mecánicas y una inversión estimada entre 60 mil y 80 mil millones de pesos. Sin embargo, no hay certeza sobre la obtención de los recursos ni un cronograma oficial de ejecución.

Floridablanca, entre el caos vial y la parálisis administrativa

Mientras Sánchez continúa lanzando promesas sin cumplir, la ciudad enfrenta una crisis de movilidad sin precedentes: obras inconclusas, cambios de sentido improvisados y una planeación vial prácticamente inexistente. En el plano administrativo, la falta de liderazgo real y la dependencia de funcionarios heredados han dejado a Floridablanca en manos de una burocracia desarticulada y sin resultados.

En el caso del Parque El Lago, la realidad es clara: más que una obra en camino, es un recordatorio de cómo las promesas de campaña pueden terminar convertidas en monumentos a la ineficiencia y el abandono.