Populismo de carretera: el senador Gustavo Moreno se disfraza de héroe con su “ley anti fotomultas”
El senador Gustavo Moreno vuelve al libreto del populismo: propone eliminar fotomultas para sonar en campaña. Ni soluciones, ni gestión, solo otro intento desesperado por mantenerse visible.
Otra vez aparece Gustavo Moreno Hurtado, el senador santandereano que cada cuatro años busca reflectores inventando causas “populares” para no desaparecer del radar político. Esta vez, su nuevo show se llama “proyecto de ley para regular las fotomultas”, una bandera tan vieja como inútil, que reaparece justo cuando arranca la temporada preelectoral.
Moreno, que en su paso por el Congreso no ha dejado una sola reforma estructural ni una gestión tangible para Santander, pretende ahora vender humo con una propuesta que no resuelve nada de fondo y que solo busca aplausos fáciles de quienes creen que el problema está en las cámaras y no en la falta de cultura ciudadana.
Con el discurso de “acabar los abusos” y “defender al ciudadano”, el senador intenta posicionarse como el Robin Hood de los infractores. Habla de “reducir la litigiosidad” y “fortalecer la legitimidad del sistema”, pero en la práctica no ha presentado una sola alternativa seria para mejorar la movilidad, garantizar educación vial o modernizar los sistemas de recaudo. Pura palabrería.
El oportunismo es evidente: cada vez que el Congreso entra en temporada de visibilidad, Gustavo Moreno desempolva causas populares —la gasolina, los peajes, las fotomultas— para lanzar proyectos que suenan bien, pero que se quedan archivados porque carecen de técnica, de profundidad y de voluntad real. Todo se queda en titulares y ruedas de prensa.
Lo grave es que este tipo de populismo legislativo no solo engaña a los ciudadanos, sino que debilita el debate serio sobre políticas públicas. En lugar de promover un sistema de movilidad inteligente y responsable, Moreno alimenta la idea de que las normas son el enemigo y que la ley debe adaptarse al capricho del infractor.
En Santander lo conocemos: su gestión no se recuerda por resultados, sino por discursos vacíos y una ambición desmedida por figurar. Ahora, con su proyecto “anti fotomultas”, busca volver a los titulares, como si el país no tuviera problemas más urgentes que resolver.
Santander necesita líderes con propuestas reales, no políticos que en vísperas de campaña se disfrazan de salvadores del pueblo para pescar votos en el río revuelto del descontento.