Planta de Lodos de Barrancabermeja: ocho meses de parálisis y una promesa ambiental que sigue sin cumplirse

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La obra de $32 mil millones, que prometía detener décadas de contaminación en la ciénaga San Silvestre, sigue sin fecha de entrega y con un riesgo ambiental que aumenta con cada semana de retraso.

Planta de Lodos de Barrancabermeja: ocho meses de parálisis y una promesa ambiental que sigue sin cumplirse
Ocho meses de suspensión mantienen en vilo la construcción de la Planta de Tratamiento de Lodos de Barrancabermeja, una obra clave para frenar la contaminación de la ciénaga San Silvestre y que hoy enfrenta retrasos, sobrecostos y cuestionamientos por su planeación y financiación.

La Planta de Tratamiento de Lodos del acueducto urbano de Barrancabermeja, presentada como la solución definitiva para frenar el vertimiento de residuos en la ciénaga San Silvestre, acumula ya 29 meses desde el inicio de su construcción y permanece con las obras suspendidas desde hace ocho meses. Mientras tanto, al menos 4,5 toneladas de lodos siguen arrojándose cada semana a este ecosistema estratégico.

El proyecto, financiado en su mayoría por Ecopetrol y con aportes de Aguas de Barrancabermeja y la Alcaldía Distrital, debía entregarse el 6 de abril de 2024. Sin embargo, después de dos adiciones de tiempo y dos suspensiones, presenta un atraso de 16 meses y una ejecución física del 85,77 %. La más reciente suspensión, firmada el 27 de junio de 2025, extendió la inactividad hasta el 24 de septiembre.

La segunda detención de obras, decretada el 30 de noviembre de 2024, respondió a la necesidad de realizar un nuevo estudio técnico, jurídico y económico para justificar una adición presupuestal superior a $10.000 millones. El alcalde Jonathan Vásquez sostiene que el proyecto “fue mal planeado y mal financiado” desde su concepción, heredando así una infraestructura inconclusa y con sobrecostos en el horizonte.

Más allá de las cifras, la demora mantiene una carga ambiental crítica: la ciénaga San Silvestre, fuente de abastecimiento para toda la ciudad y hogar de especies como el manatí antillano y el jaguar, continúa recibiendo descargas de lodos. La planta contempla sistemas de sedimentación, desinfección y vías de acceso, pero mientras no se reactive, la contaminación seguirá afectando a este humedal de 7.800 hectáreas.

La pregunta de fondo es si Barrancabermeja está frente a un simple retraso técnico o ante otro caso emblemático de proyectos públicos que se estancan por mala planeación, falta de control y conflictos en la financiación, mientras el costo ambiental se sigue acumulando día a día.