Pinchote insiste en la aprobación de su Plan Maestro de Alcantarillado: $17.000 millones en juego

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Pinchote sigue esperando que Bogotá apruebe un plan de alcantarillado que no da más espera. Sin esta inversión, el turismo y el crecimiento urbano del municipio avanzan sobre bases frágiles: un sistema sanitario obsoleto y una promesa que el Gobierno Nacional no cumple.

Pinchote insiste en la aprobación de su Plan Maestro de Alcantarillado: $17.000 millones en juego
El municipio de Pinchote lleva más de dos años esperando que el Ministerio de Vivienda avale un proyecto clave para su desarrollo: el Plan Maestro de Alcantarillado, con una inversión proyectada de $17.000 millones. Mientras tanto, sus aguas servidas siguen vertiéndose sin tratamiento y la salud pública está en riesgo.

En la más reciente reunión de alcaldes de la provincia Guanentá con la Consejería Presidencial para las Regiones, el mandatario de Pinchote, Miguel Triana Rodríguez, reiteró la urgencia de que el Gobierno Nacional agilice la aprobación del Plan Maestro de Alcantarillado, iniciativa que beneficiaría directamente a cerca de 1.000 habitantes del casco urbano.

“Llevamos más de dos años en mesas técnicas, atendiendo recomendaciones y ajustando documentos, pero no hemos logrado el aval presupuestal”, aseguró Triana, quien pidió a la consejera María Alejandra Múnera su intervención para que el proyecto no siga postergándose.

El plan contempla la separación de aguas lluvias y servidas, así como la construcción de una planta de tratamiento en un sector alejado de la población. La iniciativa busca resolver un problema histórico: actualmente, el alcantarillado de Pinchote es mixto, y las aguas residuales se vierten sin ningún proceso de saneamiento, con riesgos evidentes para la salud y el medio ambiente.

Pinchote, cada vez más atractivo para el turismo y los proyectos de vivienda, enfrenta un crecimiento que supera la capacidad de sus servicios básicos. De allí que la obra se considere esencial para garantizar el desarrollo ordenado del municipio y proteger la salubridad de sus habitantes.

La solicitud se suma a otras necesidades urgentes planteadas en la misma reunión, como la culminación de la Variante de San Gil, el avance de la vía Charalá–Duitama y la reactivación del Hospital Regional de San Gil, suspendido desde hace dos años.