Petro en Bucaramanga: ciudad fastidiada por la visita
La visita de Gustavo Petro a Bucaramanga genera más rechazo que entusiasmo: cierres, restricciones y acusaciones de acarreo de gente marcan una jornada que confirma que en Santander no se le quiere. El malestar ciudadano refleja que lo mejor para el país es que este mandato termine pronto.

La visita de Gustavo Petro a la Plaza Cívica Luis Carlos Galán no solo traerá un acto político, sino también una jornada de caos para Bucaramanga, con cierres viales, restricciones y la inconformidad de una ciudadanía que rechaza con fuerza su presencia en Santander.
La Dirección de Tránsito de Bucaramanga anunció un plan de movilidad que, desde las 6:00 a.m. hasta la medianoche de este viernes 29 de agosto, cerrará el centro de la ciudad. El área afectada comprende entre las carreras 10 y 13 y las calles 34 a la 37, donde se desarrollará el evento presidencial. A ello se suma la restricción parcial de la caravana desde las 11:00 a.m., lo que convertirá a la capital santandereana en un nudo de movilidad.
El director de Tránsito, Jhair Manrique, aseguró que las medidas son requerimientos de la Presidencia, orientadas a “garantizar el orden y la seguridad”. Sin embargo, entre la gente el malestar es evidente: muchos consideran que Petro llega a una región que lo rechaza de manera mayoritaria, y que además se estarían usando buses para movilizar simpatizantes, con el objetivo de maquillar una plaza que difícilmente se llenará de forma espontánea.
El descontento social se mezcla con el impacto en la movilidad. Comerciantes y transportadores anticipan pérdidas económicas por los bloqueos, mientras ciudadanos reclaman que la ciudad no debe pagar el costo de un show político. El repudio hacia el presidente se hace sentir con fuerza, en un departamento que le ha dado la espalda en las urnas y que hoy exige respeto frente al recorte de recursos nacionales y la falta de inversión en vías y proyectos estratégicos.
La paradoja es evidente: mientras la Presidencia insiste en presentar a Petro como un mandatario de reconciliación, la percepción en Santander es que su visita revive las tensiones y los agravios. Bucaramanga se prepara, entonces, no para recibir con entusiasmo a un presidente cercano, sino para sobrellevar un día de congestión, descontento y fastidio.