Pan de El Molino: tradición y sabor artesanal que perduran en California, Santander
Ana Elsa Torres, con sus 84 años, sigue al frente de la tradición del pan de El Molino en California (Santander): con una receta centenaria y un horno de piedra, mantiene vivo el legado artesanal que une sabor e identidad local.

En la vereda El Pantano, California (Santander), el pan de El Molino se ha convertido en un tesoro vivo: elaborado con una receta centenaria, un horno de piedra y la dedicación de Ana Elsa Torres, la “señorita Elsa”, una mujer de 84 años que preserva con orgullo un legado que representa la identidad y la historia de su comunidad.
Desde los 12 años, Ana Elsa ha sido la guardiana de esta tradición artesanal. La materia prima se obtenía a través del molino de madera —movido por agua y piedras centenarias— en el sistema de trueque campesino: a cambio de maíz y trigo, los usuarios recibían pan. Esa conexión con la tierra y la comunidad impregnó al pan de historia y sabor.
“Elaboramos el pan con huevo y mantequilla criolla, harina de trigo molido, dulce de panela y leche —explica Elsa—. Gracias a esta combinación, el pan puede conservarse hasta 20 días; se endurece, pero si lo humedeces y metes al horno, vuelve a quedar como recién hecho”.

Además del pan, ‘la señorita Elsa’ también horneaba mantecadas, almojábanas y las tradicionales “cucas”, aunque hoy la producción se ha reducido. A sus 84 años, vive sola en la casa donde nació este saber, y es común verla rodeada de vecinos que la ayudan a mantener vivo este legado culinario.
“Tiene una ventaja: con él uno vive bien y ayuda a otros. Si no se tiene plata, se pide fiado, se vende, se paga y queda algo”, asegura, mientras dos tiendas del casco urbano de California siguen ofreciendo su pan ancestral.
Su pasión y sacrificio han convertido al pan de El Molino en un símbolo que une pasado y presente, y que reafirma el valor de la cultura campesina santandereana.
