Otra mujer asesinada por sicarios: Bucaramanga sumida en la violencia mientras las autoridades improvisan

Noticia validada por AI en varias fuentes

La ola de asesinatos que sacude a Bucaramanga cobró una nueva víctima: una mujer fue acribillada por sicarios en plena vía pública. El crimen, lejos de ser aislado, refleja una ciudad que se hunde en la violencia mientras las autoridades improvisan y la ciudadanía vive con miedo.

Otra mujer asesinada por sicarios: Bucaramanga sumida en la violencia mientras las autoridades improvisan
Una mujer fue asesinada en la noche del viernes en el barrio María Paz, al norte de Bucaramanga
Otra vida fue cegada por la violencia. Una mujer fue asesinada en la noche del viernes en el barrio María Paz, al norte de Bucaramanga, en un nuevo caso de sicariato que eleva aún más la ya alarmante cifra de homicidios en el área metropolitana. La víctima se movilizaba como parrillera en una motocicleta junto a otra mujer cuando fueron interceptadas por dos hombres armados. Sin mediar palabra, los sicarios dispararon y huyeron. La mujer murió en el sitio.

Este crimen, aún sin responsables identificados, no es un hecho aislado. Por el contrario, se suma a una cadena de asesinatos, atracos, extorsiones y enfrentamientos que han convertido a Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta en territorios de miedo.

Una crisis sin control y con respuestas tardías

Según cifras de organismos judiciales, solo en el primer semestre de 2025 se han registrado más de 150 homicidios en el área metropolitana, muchos de ellos con el mismo patrón: sicariato en zonas densamente pobladas y con mínima presencia policial.

El aumento de bandas armadas, el tráfico de microdrogas, el control de territorios por estructuras ilegales y la ineficacia de las políticas de seguridad han creado un cóctel explosivo. Las autoridades locales se limitan a dar ruedas de prensa, a reforzar la presencia de uniformados solo después de cada crimen, pero no hay una estrategia de fondo.

A esto se suma la falta de liderazgo articulado: mientras Bucaramanga se ve envuelta en polémicas políticas, Floridablanca lidia con su caos vial, Girón con su inestabilidad administrativa, y Piedecuesta con brotes de criminalidad en sectores antes tranquilos.

¿Quién protege a las mujeres?

El caso más reciente en María Paz vuelve a evidenciar la creciente vulnerabilidad de las mujeres frente a la criminalidad. En muchos casos, son víctimas colaterales de ajustes de cuentas, o peor aún, objetivos directos. Las promesas de una “ciudad segura para las mujeres” suenan vacías frente a la ausencia de resultados concretos.

La ciudadanía exige respuestas, no excusas

Mientras la administración local improvisa con ruedas de prensa y patrullajes esporádicos, la comunidad exige resultados reales: investigaciones serias, presencia constante de la fuerza pública, desmantelamiento de redes criminales y políticas preventivas desde lo social.

No se trata de un hecho aislado: el asesinato de anoche en María Paz debe verse como el reflejo de un Estado que perdió el control en las calles. Bucaramanga y su área metropolitana están en crisis. Y la ciudadanía ya no quiere discursos. Quiere respuestas.