Mil estudiantes de Zapatoca sin clases: Hogar educativo cerrado por crisis sanitaria
El cierre del Instituto Técnico Santo Tomás de Zapatoca deja a mil estudiantes sin clases. Padres y profesores se cansaron de suplir las funciones del Estado. La crisis refleja un modelo fallido que la Alcaldía no puede seguir financiando.

La clausura del Instituto Técnico Santo Tomás de Zapatoca dejó a cerca de mil estudiantes sin clases y evidenció, una vez más, el descalabro administrativo que rodea a este plantel. El cierre fue ordenado por la Secretaría de Salud Departamental tras constatar que las instalaciones no cumplen las mínimas condiciones de salubridad, especialmente en los baños, donde el abandono es evidente.
Años de improvisación
Durante años, la comunidad educativa tuvo que asumir lo que era obligación del Estado: limpiar las instalaciones. Padres, profesores y hasta los mismos estudiantes se convirtieron en aseadores improvisados para mantener el colegio en pie. Pero la paciencia se agotó y el colapso era inevitable.
“El cansancio nos alcanzó. No es justo que los niños dependan de que un padre de familia barra o de que los mismos estudiantes trapeen los baños”, dijo un profesor indignado.
Entre excusas y contradicciones
El cierre también destapó un choque administrativo entre la rectoría y la Gobernación por el manejo del personal de servicios generales. Mientras el rector alega restricciones médicas de la auxiliar asignada, la Gobernación asegura que la funcionaria está apta y que fue una decisión unilateral reasignar sus labores.
Lo cierto es que la pugna burocrática terminó castigando a los más débiles: los estudiantes. La sede Juan Bosco, con casi mil alumnos, sigue cerrada y no hay garantías de un regreso inmediato a clases.
Basta de gastar recursos en un modelo fallido
La situación demuestra que mantener este esquema de operación es insostenible. No es lógico que el único colegio público de Zapatoca se convierta en un foco de crisis permanente por falta de aseadores o por disputas entre la rectoría y la Gobernación. La Alcaldía no puede seguir destinando recursos en un modelo que no funciona y que condena a los niños a perder semanas enteras de educación.
La comunidad educativa exige soluciones estructurales, no parches temporales, y plantea la necesidad de cerrar definitivamente este tipo de modelos fallidos para dar paso a esquemas más eficientes, donde el derecho a la educación y a la dignidad no dependan de la improvisación.