Metrolínea: parche millonario que reviva un elefante fiscal sin futuro
Con $8.000 millones, Metrolínea lanza su fase 1 reciclando buses padrones y una infraestructura deteriorada. El parche no ataca la deuda millonaria ni responde a la visión de un sistema eléctrico moderno y sostenible.

La fase 1 del supuesto “rescate” de Metrolínea con $8.000 millones no soluciona su crisis financiera ni responde al modelo de transporte sostenible propuesto por el Gobierno Nacional.
Este jueves 10 de julio, Metrolínea anunció el inicio de la Fase 1 de transición: 11 buses padrones a gas, 1 bus de reserva, con una inversión de más de $8.000 millones para atender 120.000 pasajeros al mes en la ruta Portal Norte–Provenza. El gerente Emiro José Castro Meza calificó el hecho como “un gran logro”
Pero detrás de las cifras luce más un parche costoso que una solución estructural:
1. Se ignora el modelo de largo plazo
Del lado nacional se habla de implementar un monorriel o tranvía eléctrico, sistema sostenible, eficiente y alineado con estándares modernos. En contraste, Bucaramanga apuesta por reactivar Metrolínea con buses a gas en la misma infraestructura obsoleta—una contradicción evidente.
2. Deuda millonaria que no se afronta
Metrolínea arrastra una deuda acumulada de al menos $4.500 millones en 2025 y más de $144.000 millones desde 2007. Invertir en una fase de transición sin amortiguar ese pasivo solo prolonga una crisis financiera que ya es alarmante.
3. Usuarios exigen soluciones reales
Los pasajeros, hartos de la ineficiencia, ya advierten que estas inversiones son “pañitos de agua tibia” y no restauran rutas, ni eliminan piratería, ni mejoran seguridad. El gasto público no debería parchear deficiencias sin resolver la raíz de problemas.
4. Infraestructura infrautilizada y deteriorada
El uso de carriles y estaciones ya existentes no recupera lo deteriorado: más del 70 % de las estaciones están vandalizadas o fuera de servicio. Volver a habilitarlas sin una solución integral carece de visión de largo plazo.
Conclusión
La fase 1 es un remiendo costoso a un modelo agotado que ha sido rechazado por la justicia financiera y los usuarios. Es urgente una mesa técnica que combine:
- Reducción real de deuda,
- Estudio de viabilidad para sistemas eléctricos,
- Transparencia en recursos públicos,
- Soluciones de raíz, no cicatrices temporales.
Este arreglo podría aspirar a salvar un sistema, pero no a transformar la movilidad de Bucaramanga y su área metropolitana.