Luego de 45 años de espera, el barrio Arenal de Barrancabermeja fue legalizado

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La legalización es un triunfo ciudadano. Que se convierta en progreso real o en un nuevo capítulo de corrupción dependerá de la vigilancia de la comunidad y de que los gobernantes cumplan, esta vez sí, con su palabra.

Luego de 45 años de espera, el barrio Arenal de Barrancabermeja fue legalizado
Después de más de cuatro décadas en el olvido estatal, el barrio Arenal de Barrancabermeja finalmente fue legalizado urbanísticamente, un paso histórico que abre las puertas a la inversión pública en más de 800 predios y que permitirá a sus habitantes acceder a infraestructura, servicios básicos y programas sociales.

La noticia fue recibida con júbilo, pero también con el sabor amargo de quienes recuerdan que durante 45 años fueron ciudadanos de segunda categoría, excluidos de derechos que en otros sectores parecían naturales.

Una deuda histórica con la comunidad

Emilio Méndez, presidente de la Junta de Acción Comunal, lo resumió sin rodeos: “Vivíamos como si no existiéramos para el Estado”. Las familias levantaron sus viviendas, construyeron escuela, salón comunal y hasta canchas deportivas, pero la falta de legalización los condenó a ver cómo sus escenarios se deterioraban sin que un peso público pudiera invertirse en ellos.

“Esto significa la posibilidad de recuperar canchas, mejorar las calles y garantizar entornos seguros para los niños”, explicó Méndez, recordando que han sido décadas de lucha para que la administración reconozca lo que en la práctica ya era un barrio consolidado.

Lo que se viene: inversión y riesgo político

Con la legalización, la Alcaldía de Barrancabermeja anunció una agenda de inversión en pavimentación de calles, ampliación de redes de alcantarillado, titulación de predios y recuperación de escenarios deportivos. El alcalde Jonathan Vásquez señaló que será necesario gestionar más de $150.000 millones para obras de mitigación del riesgo en la ribera del río Magdalena.

Pero detrás del anuncio se asoma la inevitable pregunta política: ¿quién manejará estos recursos? ¿Qué contratistas se quedarán con las licitaciones? En Barrancabermeja, donde el manejo de obras públicas suele estar atravesado por intereses partidistas y clientelares, la llegada de dinero fresco puede convertirse en una oportunidad para perpetuar a ciertos caciques locales bajo la bandera del “progreso”.

Una comunidad marcada por la violencia que busca dignidad

El Arenal no es solo un barrio con carencias, es un territorio que ha sido golpeado históricamente por la violencia. Sus líderes saben que la inversión en infraestructura no es solo cemento, sino también una forma de blindar a los jóvenes frente a la droga, las pandillas y la criminalidad que rondan en la ribera del Magdalena.

Por eso, la legalización se celebra como una conquista, pero también como un recordatorio de que la deuda estatal fue demasiado larga. Ahora el reto es que las promesas no se queden en papeles ni en anuncios de tarima.

Conclusión: entre la esperanza y la politiquería

El barrio Arenal empieza una nueva etapa, con la ilusión de pavimentar sus calles y consolidar entornos seguros. Sin embargo, el riesgo político es evidente: que los recursos terminen enredados en contratos amarrados a los aliados de siempre.