Los retenes que paralizan el Anillo Vial y agotan la paciencia ciudadana
El Anillo Vial entre Floridablanca y Girón se ha vuelto un campo de batalla entre el tránsito desbordado y la paciencia ciudadana.

Mientras los mandatarios locales presumen eficiencia, el caos en el Anillo Vial refleja lo contrario: falta de planeación, ausencia de criterio técnico y una ciudadanía que, día tras día, paga con tiempo, estrés y riesgos la improvisación de sus gobernantes.
La paciencia de los ciudadanos llegó al límite. Lo que debería ser una herramienta de control vial se ha convertido en una auténtica tortura diaria para miles de conductores que transitan por el Anillo Vial entre Floridablanca y Girón. Los retenes simultáneos instalados por las Direcciones de Tránsito de ambos municipios, sin coordinación, sin planeación y sin un enfoque humano, generan trancones de más de kilómetro y medio, caos vehicular, peleas con agentes, riesgo de accidentes y pérdidas económicas para el sector empresarial.
🚧 Retenes en horas pico. En ambos sentidos. Todos los días. Sin sentido.
La escena es repetitiva y desesperante: motos cruzando separadores para evadir controles, buses escolares atrapados en medio del trancón, ambulancias bloqueadas, y agentes de tránsito —especialmente los de Girón— actuando con soberbia, sin criterio ciudadano y sin entender el impacto real de su accionar.
“Esto ya no es control, es una persecución. No se trata de oponernos a la autoridad, pero esto no es autoridad, esto es desorden institucional con uniforme y silbato”, expresó uno de los empresarios de la zona industrial, quien como muchos, ve en estos retenes una amenaza constante para la operación de sus negocios.
Los empresarios instalados en bodegas, centros logísticos y la Zona Franca de Santander han alzado la voz: entregas retrasadas, trabajadores llegando tarde, clientes molestos y una afectación directa a la competitividad de la región. La falta de coordinación y planeación es evidente. ¿Qué clase de política pública se construye desde la improvisación, la terquedad y el castigo diario al ciudadano común?
🔴 La Dirección de Tránsito de Girón, en particular, ha sido blanco de numerosas quejas por abusos, falta de pedagogía y una actitud prepotente que roza el irrespeto.
El mensaje desde la ciudadanía es claro: basta ya. Nadie se opone a que haya controles viales, pero urge que se hagan con inteligencia, sin convertir el espacio público en un campo de batalla y sin someter a los ciudadanos a un viacrucis diario. Los habitantes del área metropolitana no merecen más improvisación disfrazada de operativos. Exigen respeto, sensatez y, sobre todo, funcionarios que entiendan que el poder no es para atropellar.