Los dueños del país: cómo los ultrarricos en Colombia pagan menos impuestos que los pobres

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Mientras millones de colombianos pagan hasta el 21 % de su ingreso en impuestos, los ultrarricos del país declaran menos, evaden más y burlan al Estado con total impunidad. En Colombia, la desigualdad no es un error: es un privilegio legalizado.

Los dueños del país: cómo los ultrarricos en Colombia pagan menos impuestos que los pobres
Mientras 14 millones de colombianos padecen hambre y pagan más de lo que ganan en impuestos al consumo, un puñado de superricos evade, elude y burla al Estado con una elegancia que ofende. En Colombia, tener mucho dinero no solo da poder: también garantiza impunidad tributaria.

Colombia: un país donde los pobres pagan más que los ricos

En Colombia, el 1 % más rico concentra el 40 % de la riqueza nacional, mientras el 50 % más pobre apenas accede al 2 %. La cifra por sí sola es alarmante, pero lo es más cuando se descubre que los ultrarricos pagan proporcionalmente menos impuestos que quienes viven al día. Esta es la gran paradoja tributaria de Colombia: entre más se tiene, menos se tributa.

Un informe de Oxfam publicado en 2025 y estudios de la DIAN y del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana confirman que los multimillonarios del país emplean sofisticadas estrategias para reducir su carga impositiva: crean empresas familiares ficticias, usan fideicomisos en Panamá, ocultan activos en el exterior y se acogen a normalizaciones tributarias con tarifas especiales para “blanquear” patrimonios no declarados. En contraste, los trabajadores formales e informales del país pagan hasta un 21 % de sus ingresos en impuestos, principalmente a través del IVA.

El sistema tributario colombiano es profundamente regresivo: el 70 % del recaudo proviene del consumo, y apenas una fracción corresponde a impuestos directos sobre la renta o el patrimonio. Mientras el impuesto de renta para personas naturales apenas representa el 10 % del total, el IVA recauda tres veces más. El resultado: los más pobres cargan con el peso fiscal, mientras los más ricos logran mantenerse bajo el radar.

El exdirector de la DIAN, Luis Carlos Reyes, afirma que Colombia pierde anualmente cerca de 136 billones de pesos por evasión tributaria, el equivalente a seis reformas fiscales. Buena parte de esa evasión ocurre en el 0,01 % más rico de la población: unos 3.700 colombianos con patrimonios superiores a 9.800 millones de pesos. De ese grupo, más del 40 % admitió haber evadido impuestos en algún momento, según estudios recientes.

Pero no se trata solo de cifras. Se trata de un modelo que profundiza la desigualdad, debilita la democracia y deja sin recursos a la salud, la educación y los programas sociales. Mientras la evasión sigue siendo un deporte de élite, millones de colombianos pagan hasta el último peso cada vez que compran pan, arroz o transporte.

El Gobierno de Gustavo Petro, con escasa capacidad fiscal y sin mayorías en el Congreso, prepara una nueva reforma tributaria para recaudar 20 billones de pesos. Pero en paralelo, los mismos de siempre siguen sacando su dinero del país, blindándose en paraísos fiscales y contratando a los mejores bufetes para no pagar lo que deben.

Colombia no solo enfrenta una crisis económica. Enfrenta una crisis ética: ¿cómo puede un país sostenerse si quienes más tienen son los primeros en escapar de sus responsabilidades?

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