Los carteles que contaban historias regresan a las calles de Bucaramanga: así renacen los ‘mogadores urbanos

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Los históricos ‘mogadores urbanos’ de Bucaramanga, que alguna vez fueron vitrinas culturales y sociales en pleno centro de la ciudad, están siendo restaurados para volver a conectar a la ciudadanía con su memoria colectiva.

Los carteles que contaban historias regresan a las calles de Bucaramanga: así renacen los ‘mogadores urbanos
Los emblemáticos carteles de antaño, que alguna vez informaron y embellecieron las calles de Bucaramanga, vuelven a la vida. Hoy, su restauración no solo revive una práctica urbana casi olvidada, sino que también conecta a la ciudad con su memoria cultural.

Desde hace algunos días, los habitantes y visitantes del Centro Histórico de Bucaramanga han comenzado a notar la presencia renovada de unas estructuras muy particulares: los antiguos ‘mogadores urbanos’, carteles que en el pasado fueron parte esencial del paisaje citadino y que hoy resurgen como símbolo de la memoria y la cultura local.

Estos anuncios callejeros tienen una historia que se remonta a la década de 1940, cuando comenzaron a instalarse en diversos puntos de la ciudad con el propósito de difundir eventos, noticias y actividades sociales. En una época sin redes sociales ni medios de comunicación masivos al alcance de todos, estas carteleras servían como el principal medio de información visual, captando la atención de los transeúntes mediante diseños creativos y mensajes llamativos.

La relevancia de los mogadores fue tal que atrajeron a artistas y diseñadores de la época, convirtiéndolos en auténticas obras de arte urbano. Durante años, mantuvieron su estilo y función, pero con el paso del tiempo, y con el avance de nuevas tecnologías y plataformas informativas, fueron desplazados y abandonados. Algunos terminaron convertidos en simples tablones de avisos fúnebres; otros, simplemente desaparecieron bajo el polvo del olvido.

No obstante, su huella cultural no se borró del todo. Diego Sáenz, integrante del Círculo de Amigos de Bucaramanga, recuerda cómo estas carteleras formaban parte del paisaje cotidiano en cada esquina del centro de la ciudad. “Fueron desapareciendo al ritmo en que caían las casonas tradicionales. Cada demolición significaba también la pérdida de un mogador”, señala.

Ahora, gracias a la labor conjunta de la Sociedad de Mejoras Públicas de Bucaramanga (SMPB) y la Fundación Teatro Santander, varios de estos carteles han sido restaurados y devueltos a su lugar original. Se han rehabilitado cinco mogadores que hoy pueden verse en puntos emblemáticos como la esquina de la carrera 11 con calle 37, junto a la Casa Perú de la Croix, frente a la Gobernación de Santander y cerca del Teatro Peralta.

La iniciativa busca no solo rescatar un patrimonio visual, sino también reactivar su uso como plataforma cultural. Según Antonio José Díaz Ardila, director de la Fundación Teatro Santander, ya se solicitó permiso a la SMPB para utilizar estos espacios como canales oficiales de promoción cultural semanal. “Queremos que estos mogadores vuelvan a informar, pero también a emocionar, a conectar a la gente con su ciudad y con su historia”, afirmó.

Durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, la escasez de recursos impulsó a muchos a utilizar estos espacios para pegar afiches, programaciones artísticas y comunicados sociales. Era común ver fachadas empapeladas que daban cuenta de una vida cultural activa y diversa. Hoy, con su recuperación, Bucaramanga no solo preserva un elemento urbano icónico, sino que revitaliza su espíritu comunitario.

La propuesta también ha sido recibida con entusiasmo por ciudadanos y colectivos culturales que ven en estos carteles un símbolo de identidad. A través de su rehabilitación, no solo se embellecen las calles del centro histórico, sino que se rescata una tradición que durante años fue el principal canal de expresión pública.

Así, los mogadores urbanos, que alguna vez se vieron relegados al olvido, se alzan nuevamente como testigos del presente y guardianes de la historia bumanguesa.