Le siguen mamando gallo a El Carrasco”: obras clave siguen en el limbo y el juez aprieta el reloj
El veredicto social es simple: si esta vez llegan con excusas, El Carrasco volverá a encaminarse al cierre forzado y la ciudad al borde de una emergencia sanitaria. Ya no es falta de conocimiento: es falta de gobierno.
Mientras las alcaldías corren a última hora a girar recursos, el relleno sanitario opera al filo de la sentencia. Esta semana, el Juzgado 15 Administrativo de Bucaramanga volverá a sentar a los cuatro alcaldes del área metropolitana para que expliquen por qué, pese a las órdenes claras, no han reducido la basura ni han ejecutado las adecuaciones críticasque permitirían mantener a flote El Carrasco, como máximo, hasta mediados de 2027.
El oficio que encendió las alarmas… y los giros de emergencia
Hace una semana, la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab) advirtió por escrito que no había plata suficiente para iniciar las obras obligatorias dentro del sitio de disposición final. Solo entonces Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón destrabaron recursos “con carácter urgente”, según la gerencia de la entidad.
El problema: la plata llega tarde y sin cronogramas públicos detallados. No hay precisión del monto total, no hay hitos de control anunciados y, entre tanto, el relleno sigue recibiendo cerca de 1.000 toneladas diarias.
Las tres intervenciones impostergables que siguen empantanadas
La Emab insiste en que estos frentes no admiten más dilaciones si se pretende operar hasta 2027:
- Ampliación de celda de disposición con excavaciones, geomembranas, drenajes, chimeneas y sistemas de control de lixiviados y biogás.
- Puesta en marcha real (y no solo en papeles) del nuevo módulo de tratamiento de lixiviados, cuya repotenciación se exige desde 2019.
- Estrategia metropolitana de reducción de residuos enterrados, con metas medibles mes a mes y responsabilidades por municipio.
Incumplimiento reiterado: la reducción que nunca llegó
El ‘Plan de Desmantelamiento y Abandono’ de 2019 obliga a bajar al menos 15 % los residuos dispuestos. En mayo de 2024, el juez elevó la rueda de presión: –25.200 toneladas al mes y un tope de 840 t/día a marzo de 2025.
Nada de eso ocurrió. En auto del 16 de septiembre, el Juzgado 15 fue tajante: la meta no se cumplió. Hoy se entierran 3.426 toneladas mensuales por encima de lo permitido. Resultado: incidente de desacato abierto contra los cuatro alcaldes.
La audiencia del jueves: o hay plan serio, o habrá consecuencias
El 2 de octubre, 8:30 a. m., los mandatarios deberán llevar algo más que promesas: contratos firmados, cronogramas, indicadores y responsables. Se evaluará:
- ¿Cuándo inicia y cuándo termina cada obra?
- ¿Qué capacidad adicional y qué reducción de riesgo aportan?
- ¿Cómo se verificará, con datos, la disminución sostenida de toneladas?
- ¿Qué medidas adoptará cada municipio para separar en la fuente y desviar reciclables y orgánicos del enterramiento?
Las cifras que dejan en evidencia la inercia
- El Carrasco recibe ~1.000 t/día y debía estar en ≤ 840 t/día desde marzo.
- El área metropolitana solo separó 5 % de residuos en 2023, aunque cerca del 38,5 % es reciclable en ciudades comparables.
- La región aumentó entre 2 % y 5 % el volumen de basura en los últimos meses, justo cuando debía ir en la dirección contraria.
¿Parque tecnológico o marketing ambiental?
La Emab propone convertir El Carrasco en un “parque tecnológico” de economía circular. La idea suena bien; el juez pedirá pruebas: fuentes de financiación, licenciamiento ambiental, tecnología adjudicada, metas de recuperación de materiales y reducción real de enterramiento. Sin contratos y obras, es discurso.
Lo que la ciudad tiene derecho a exigir ya
- Fechas: inicio y cierre de cada frente de obra, con hitos quincenales.
- Transparencia: publicar giros por municipio, interventoría y avances físicos.
- Resultados: reporte semanal de toneladas recibidas, tratadas y desviadas.
- Gestión de origen: pilotos obligatorios de separación en barrios y comercios con metas de recuperación y sanciones por incumplimiento.
El veredicto social es simple: si esta vez llegan con excusas, El Carrasco volverá a encaminarse al cierre forzado y la ciudad al borde de una emergencia sanitaria. Ya no es falta de conocimiento: es falta de gobierno.