La oscuridad llega a su fin: tras 20 años, por fin iluminan la vía Bucaramanga–Lebrija
Tras años de protestas y accidentes, la iluminación de la vía Bucaramanga–Lebrija representa un triunfo ciudadano frente a la indolencia estatal. El reto ahora es que la obra no se quede a medias y que la seguridad en este corredor deje de ser una deuda histórica.

Dos décadas de penumbra y riesgo llegan a su fin en la vía que conecta Bucaramanga con Lebrija. Tras años de reclamos ciudadanos y múltiples accidentes, se encienden las primeras luminarias en un corredor que durante demasiado tiempo fue ejemplo de abandono y desidia oficial.
En el tramo comprendido entre la intersección del aeropuerto y el casco urbano de Lebrija, avanza la instalación de 136 postes de alumbrado que transformarán las noches en esta transitada vía. La inversión, de $4.000 millones, ejecutada por EME Ingeniería bajo supervisión de la Secretaría de Infraestructura de Santander, promete estar lista en diciembre de este año.
Jessica Mendoza, titular de la dependencia, informó que el proyecto ya supera el 60 % de avance y que en septiembre se encenderá la primera fase, correspondiente al casco urbano hasta el sector del zoológico. La segunda fase, que llegará hasta el peaje, depende de la Electrificadora de Santander, aunque se espera que también quede en funcionamiento antes de finalizar 2025.
Durante años, esta carretera fue escenario de múltiples tragedias viales. La falta de alumbrado, sumada al mal estado de los “ojos de gato” instalados en su momento, generó constantes choques, incluso con víctimas fatales. En marzo de 2021, la comunidad marchó con linternas exigiendo una solución que apenas hoy empieza a materializarse.
Deportistas, conductores y habitantes de la zona habían advertido reiteradamente que transitar de madrugada o en la noche era una “ruleta rusa”. La situación se agravaba cuando los vehículos en sentido contrario usaban luces altas que encandilaban a los demás.
No obstante, persiste una deuda: un tramo de 350 metros sigue en calzada sencilla, interrumpiendo la continuidad de la doble calzada de la Ruta del Cacao. Este rezago depende de gestiones prediales y del Paseo de Las Frutas por parte del municipio, según informó la Gobernación.
Aunque la comunidad celebra la llegada del alumbrado, también exige celeridad en la culminación total de las obras y advierte que no descansará hasta que esta carretera, vital para la región, quede completamente modernizada.