García Rovira: el corazón estratégico de la conectividad vial y aérea en Santander

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García Rovira guarda en sus montañas la vía más alta de Colombia y un aeropuerto que busca renacer, dos piezas estratégicas para unir Santander con el resto del país.

García Rovira: el corazón estratégico de la conectividad vial y aérea en Santander
En el corazón de Santander, la provincia de García Rovira se levanta como un punto neurálgico para la conectividad vial y aérea del oriente colombiano, donde la reactivación del aeródromo Jerónimo de Aguayo y la lucha por mantener sus carreteras se convierten en claves para el desarrollo y la supervivencia de sus comunidades.

Enclavada entre montañas, y con un pie en el altiplano boyacense y otro en las laderas de Norte de Santander, la provincia de García Rovira no es solamente una región de paisajes imponentes y tradición campesina: es, sobre todo, un nodo vital para la conectividad del oriente colombiano.

Su ubicación estratégica convierte a esta provincia en punto de paso para el transporte de alimentos, mercancías, combustibles y pasajeros, y en un corredor que articula las relaciones comerciales y sociales entre Santander, Boyacá y Norte de Santander.

En este territorio, la histórica vía Curos–Málaga —una arteria vial que ha sido tanto motor de progreso como símbolo de abandono estatal— comparte protagonismo con otros activos de transporte, entre ellos un aeródromo que, aunque silenciado por los años y las circunstancias, está más cerca que nunca de recuperar su voz.

Un aeródromo con historia, suspendido en el tiempo

El aeródromo Jerónimo de Aguayo, situado en Málaga, capital de la provincia, fue durante décadas una alternativa real y eficiente para quienes buscaban evitar el desgastante recorrido por la vía Curos–Málaga.

Hace tres décadas, dos aerolíneas realizaban hasta cuatro vuelos diarios entre Bucaramanga y Málaga, reduciendo de horas a minutos un trayecto que, por tierra, aún hoy puede duplicar sus tiempos de viaje debido a las difíciles condiciones de la carretera.

Sin embargo, a partir de 2004, una cadena de siniestros aéreos y la disminución progresiva de la demanda fue apagando la operación. El aeropuerto quedó relegado a vuelos de emergencia, desplazamientos oficiales y algunas operaciones puntuales de carácter humanitario.

El golpe final llegó en octubre de 2023, cuando un video mostró a una persona cruzando la pista segundos antes de que una aeronave aterrizara. La escena, que rozó la tragedia, reveló la urgente necesidad de reforzar la seguridad perimetral. La Aeronáutica Civil ordenó entonces la suspensión total de actividades y la adopción de medidas correctivas.

El plan para reactivar el Jerónimo de Aguayo

De la mano del secretario de Movilidad de Málaga, Néstor Suárez Macías, se ha iniciado un proceso de rescate para el aeródromo.

La gestión ha asegurado más de $7.000 millones de la Aerocivil y cerca de $1.500 millones adicionales de la Gobernación de Santander y la Alcaldía local. Estos recursos financiarán:

  • Repavimentación completa de la pista.
  • Mejoramiento de las franjas de seguridad para las aeronaves.
  • Cerramiento perimetral para impedir el acceso no autorizado.

“Ya tenemos listos los protocolos de pista, los procedimientos y otros elementos técnicos que exige la Aeronáutica para operar”, asegura Suárez. “Hay acercamientos con Satena y con empresas privadas para que vuelvan los vuelos comerciales, aunque no tenemos fecha exacta”.

De concretarse, Málaga recibiría aeronaves con capacidad para 12 a 18 pasajeros, reactivando un servicio que sería un salvavidas para la conectividad de la región y una oportunidad para el turismo rural.

La vía más alta de Colombia también está en García Rovira

Además de su potencial aéreo, la provincia alberga un tramo de la Troncal Central del Norte, una carretera que atraviesa el páramo del Almorzadero y alcanza los 3.860 metros sobre el nivel del mar, convirtiéndose en la más alta del país.

Este corredor, que marca el límite entre Cerrito (Santander) y el corregimiento de Presidente (Norte de Santander), no solo es un espectáculo natural —frailejones, nacimientos de agua y neblina perpetua— sino una vía estratégica para el comercio y el transporte de alimentos.

La Troncal conecta Duitama con Pamplona en un recorrido de 350 kilómetros, dinamizando la economía de municipios como Capitanejo, San José de Miranda, Concepción y Málaga. Por ella circulan diariamente toneladas de cebolla, papa, leche, frutas, yuca y plátano, productos que abastecen mercados en Santander y más allá.

García Rovira, entre el abandono y la oportunidad

Pese a su importancia, la provincia ha tenido que convivir con el deterioro de su infraestructura, la intermitencia de la inversión pública y la fragilidad de sus vías. Tanto el aeródromo como la Troncal y la vía Curos–Málaga son reflejo de una misma realidad: el potencial logístico de García Rovira está lejos de aprovecharse al máximo.

La reactivación del Jerónimo de Aguayo y la consolidación de la conectividad vial no son solo necesidades locales, sino apuestas regionales que podrían redefinir el papel de esta provincia como motor de integración y desarrollo en el oriente colombiano.

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