Floridablanca sin rumbo: la tierra donde todo pasa y ni los muertos se sabe de donde vienen
Floridablanca se hunde en el abandono: mientras los muertos aparecen en las quebradas y el olor a desidia domina el aire, la ciudad sigue sin alcalde, sin rumbo y sin vergüenza.
Floridablanca sigue convertida en el retrato perfecto de una ciudad abandonada. Mientras los funcionarios municipales se dedican a la politiquería y a los discursos vacíos, la inseguridad, el desorden y la desidia se pasean por las calles como si fueran autoridades.
Esta vez, el hallazgo del cuerpo en descomposición de un habitante de calle —conocido por los vecinos como “El Caminante”— en una quebrada entre Lagos III y Bellavista, vuelve a poner en evidencia la ausencia total de gobierno. Tres días pasó el cadáver a la vista de todos, en medio de la maleza, la basura y el olor insoportable, sin que ninguna autoridad reaccionara a tiempo.
Los Bomberos y la Sijín, que nada tienen que ver con la desidia administrativa, fueron los únicos que atendieron el caso, mientras el despacho del alcalde parece operar en otro planeta. No hay quien mire el deterioro urbano, no hay políticas sociales activas y mucho menos acciones que dignifiquen la vida de quienes habitan las calles de Floridablanca.
Porque aquí —en la tierra donde todo pasa y nadie responde— ni siquiera los muertos tienen quien los nombre. La administración local parece no tener alcalde, no tener dirección, no tener propósito. Floridablanca se quedó sin norte, sin compás y sin liderazgo, convertida en un municipio donde el abandono se volvió costumbre y la indiferencia, un mandato.
