Floridablanca sin gobierno en seguridad: sicariato cobra otra vida mientras el alcalde guarda silencio

La inseguridad en Floridablanca alcanzó un nuevo pico de gravedad este viernes con el asesinato de un hombre en la Plaza Satélite, mientras el municipio completa cinco meses sin un coordinador de seguridad. La ausencia de liderazgo institucional, sumada al silencio del alcalde José Fernando Sánchez, agudiza una crisis que ya se ha vuelto incontrolable.

En plena tarde de este viernes 11 de julio, la violencia volvió a sacudir a Floridablanca. Un hombre fue asesinado a sangre fría en el sector de la Plaza Satélite, en límites con Bucaramanga, en un nuevo episodio de sicariato que evidencia la descomposición de la seguridad en el municipio.

Los hechos ocurrieron hacia las 2:00 p.m. en la carrera 33 con calle 110 del barrio Caldas. La víctima, un hombre joven, fue interceptada por dos sicarios que se movilizaban en motocicleta y que, sin mediar palabra, abrieron fuego en su contra hasta dejarlo tendido en el asfalto. Vestía camiseta negra y jean, y quedó boca abajo. Murió en el lugar antes de poder ser auxiliado.

Aunque testigos proporcionaron detalles de los agresores —dos sujetos en una moto Bóxer, vestidos de negro y con placas que terminan en 97H—, hasta el momento no hay capturas, ni avances contundentes por parte de las autoridades.

Pero lo más grave no es solo el crimen. Lo más indignante es que Floridablanca completa cinco meses sin un coordinador de seguridad, figura clave en la articulación entre la Alcaldía, la Policía y las estrategias de prevención. Una vacante que nadie en la administración ha querido asumir con seriedad. Cinco meses sin liderazgo, sin estrategia, sin respuesta. Cinco meses donde la seguridad ha sido entregada al azar.

¿Dónde está el alcalde José Fernando Sánchez? ¿Cómo es posible que no haya nombrado a un coordinador de seguridad en medio de una escalada de atracos, homicidios y extorsiones que ya son rutina en barrios y centros comerciales?

Floridablanca vive hoy una tragedia silenciosa: la de un municipio sin control, sin liderazgo, sin planificación. La de una ciudadanía aterrada mientras la administración municipal actúa como si nada ocurriera. La muerte de hoy no es un caso aislado, es el resultado de la negligencia institucional y de una alcaldía que se niega a asumir la realidad.

Este asesinato no solo enluta a una familia. También retrata la profunda crisis de seguridad que vive Floridablanca. Y esa crisis tiene responsables.