Floridablanca otra vez en el desorden: accidente en Santa Ana destapa el caos vial y la falta de control de las autoridades
El accidente en Santa Ana no es casualidad: es la consecuencia de un municipio donde reina el desorden y la negligencia oficial. En Floridablanca, la movilidad es un riesgo diario y las autoridades brillan por su ausencia.

Un aparatoso accidente en el barrio Santa Ana, donde un vehículo fuera de control terminó incrustado en una vivienda, volvió a evidenciar el desorden que reina en Floridablanca: ausencia de controles, fallas en la movilidad y autoridades que siempre llegan tarde, mientras la ciudadanía sigue expuesta a la improvisación.
La madrugada de este viernes, una camioneta Hyundai Tucson que se encontraba estacionada en una pendiente del barrio La Cumbre se destrabó y rodó sin control por la carrera 4 con calle 15. En su trayecto impactó otro vehículo que estaba parqueado, lanzándolo contra la fachada de una vivienda. El estruendo despertó a los vecinos, quienes describieron la escena como un verdadero susto colectivo.
“Eso fue durísimo, parecía una explosión. Menos mal no había nadie ahí parado, de lo contrario estaríamos lamentando una tragedia”, relató uno de los habitantes de la zona. Aunque no hubo heridos, los daños materiales en los automotores y en la casa afectada fueron significativos.
El hecho, que pudo haberse convertido en una tragedia, pone de nuevo la lupa sobre la desidia de las autoridades locales. La Dirección de Tránsito de Floridablanca se limitó a remover los vehículos y a abrir una investigación, pero la pregunta de fondo es inevitable: ¿dónde están los planes de control, prevención y seguridad vial en una ciudad que todos los días registra emergencias similares?
Floridablanca se ha convertido en un municipio donde la movilidad parece un asunto fuera de control: vehículos mal estacionados en pendientes, ausencia de señalización, falta de controles rutinarios y un caos vial que los ciudadanos pagan con su seguridad. No se trata de un accidente aislado, sino del reflejo de un problema estructural que las administraciones municipales han preferido maquillar con comunicados en lugar de resolver con acciones concretas.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen despertando en sobresaltos, viendo cómo sus casas, calles y vehículos quedan a merced del desorden. Lo de Santa Ana es una muestra más de que Floridablanca no necesita discursos de modernidad, sino autoridades que asuman su responsabilidad frente al caos que ya pasó de ser anecdótico a ser cotidiano.