En Sabana de Torres buscan a desaparecidos de la masacre de 1998 en Barrancabermeja
Las familias esperan que las excavaciones en Sabana de Torres confirmen si allí reposan víctimas de la masacre de 1998, una herida que sigue abierta en el Magdalena Medio.

Un cuarto de siglo después de la masacre del 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja, las familias de las víctimas siguen aferradas a la esperanza. En un predio de Sabana de Torres, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas avanza en excavaciones para localizar los restos de quienes fueron arrancados de sus hogares en aquella noche de terror.
El dolor y la incertidumbre persisten para decenas de familias que perdieron a sus seres queridos en aquel ataque. Según las investigaciones humanitarias y extrajudiciales de la UBPD, en el predio La Pola podrían encontrarse restos de algunas de las 16 personas desaparecidas tras la masacre, en la que hombres armados asesinaron a siete personas y desaparecieron a 25 más.
Carlos Ariza, antropólogo que lidera el proceso, explicó que la intervención abarca un área de 3.800 metros cuadrados, de los cuales ya se han trabajado 2.000, aplicando técnicas de arqueología forense y uso de maquinaria especializada. La labor, que se prolongará por semanas, cuenta con un equipo de antropólogos forenses, criminalistas y topógrafos de la Regional Nororiente y el Magdalena Medio.
Los familiares, muchos convertidos en líderes sociales, acompañan el proceso con la esperanza de obtener respuestas y, sobre todo, de poder cerrar un duelo que lleva 25 años abierto. Para ellos, cada palada de tierra removida es un paso hacia la verdad.
La masacre de 1998, ocurrida durante un bazar en el barrio El Campín, marcó uno de los capítulos más dolorosos de la historia de Barrancabermeja. Desde entonces, la búsqueda de los desaparecidos se ha convertido en un compromiso irrenunciable para sus allegados y organizaciones defensoras de derechos humanos.