El ocaso del autodenominado “Bukele colombiano”
La caída de Jaime Andrés Beltrán no solo confirma la ilegalidad de su elección, sino que destapa el fracaso de un gobierno populista que se sostuvo más en amenazas mediáticas que en resultados reales.

En un duro golpe a la credibilidad política local, el Consejo de Estado ha confirmado la destitución del alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, por doble militancia, ratificando un fallo que lo obliga a abandonar el cargo de manera inmediata. Con esta decisión definitiva, la ciudad se encamina hacia unas elecciones atípicas que renovarán su liderazgo antes de que termine 2025.
Este jueves, la Sección Quinta del Consejo de Estado ratificó la nulidad de la elección de Jaime Andrés Beltrán como alcalde de Bucaramanga. El fallo confirma que incurrió en doble militancia al apoyar públicamente, durante su campaña en octubre de 2023, a candidatos al Concejo de la U y del Centro Democrático, pese a haber sido avalado por Colombia Justa Libres—una clara violación de la normativa electoral vigente.
La decisión no admite recurso alguno. Luego de meses de impunidad jurídica, el fallo en firme sella su salida del poder, incluso cuando el hoy exmandatario insistió en quedarse “hasta que la sentencia quede en firme”. Su mensaje retórico, centrado en la “seguridad ciudadana”, choca hoy con la realidad jurídica que lo expulsa del cargo.
Ahora, Bucaramanga —ciudad capital de Santander con más de 600 mil habitantes— deberá afrontar nuevas elecciones atípicas. El gobernador Juvenal Díaz Mateus designará un alcalde encargado mientras la coalición política de Beltrán presenta una terna para seleccionar un mandatario temporal.
Este episodio evidencia el fracaso de un experimento populista: Beltrán, quien se vendía como el “Bukele colombiano”, terminó expulsado por incumplir con la lealtad política mínima que exige la democracia colombiana.
Al fin, la justicia electoral sacude al autoproclamado salvador de Bucaramanga. La ciudad se queda sin alcalde mientras sus electores exigen que este revés sea el punto de partida para reconstruir una política local seria, transparente y respetuosa de las reglas.