El fracking en Barrancabermeja y Puerto Wilches: la justicia protege la voz ciudadana y detiene avances
La lucha social y ambiental en Santander ha logrado detener —por ahora— el avance de los proyectos de fracking más polémicos, reafirmando el principio de que ni el desarrollo económico ni las inversiones pueden imponerse sobre las comunidades y su derecho a un ambiente sano.

La Corte Constitucional ha dado un golpe de timón en la controversia por los proyectos de fracking en el Magdalena Medio: ordenó suspender los pilotos de Barrancabermeja y Puerto Wilches, al comprobar que no se realizó la consulta previa obligatoria con las comunidades afrodescendientes, ante el riesgo de graves impactos ambientales y sociales en la región.
Una victoria para las comunidades y el ambiente
La controversia por los proyectos piloto de fracking en Barrancabermeja y Puerto Wilches ha dado un giro favorable para quienes luchan por la protección ambiental y la defensa de los derechos de las comunidades. Recientemente, la Corte Constitucional ordenó la suspensión de los proyectos Kalé y Platero, clave en la exploración de hidrocarburos no convencionales en el Magdalena Medio, al constatar que no se cumplió el requisito de consulta previa con la comunidad afrodescendiente Afrowilches en el trámite de licenciamiento ambiental.
¿Por qué es importante esta decisión?
• Prioriza los derechos de las comunidades: El alto tribunal reconoció que las iniciativas de fracking no podrán avanzar sin la consulta libre, previa e informada con todos los habitantes que puedan resultar afectados directa o indirectamente por los proyectos.
• Protege el ambiente: Frente a la preocupación por los posibles impactos en fuentes de agua, tierras agrícolas y pesqueras, la decisión sienta un precedente para exigir estudios rigurosos y participación ciudadana antes de cualquier avance técnico.
• Establece límites a la autoridad ambiental: Las autoridades deberán ajustar todos los procedimientos y garantizar la transparencia y el respeto a los derechos colectivos antes de aprobar nuevos desarrollos extractivos.
Reacciones y perspectivas
Las organizaciones ambientales y sociales han celebrado la noticia como una victoria histórica, resaltando que es la primera vez que la justicia reconoce explícitamente las falencias en los procesos de licenciamiento y detiene un megaproyecto por falta de consulta previa. Aunque los proyectos no han sido cancelados definitivamente, continúan suspendidos, y cualquier reanudación será posible solo si se garantizan los derechos de las comunidades.
Por otro lado, el debate sobre la explotación minera en el Páramo de Santurbán y la deforestación en el departamento se mantiene vigente, y este fallo jurídico otorga un nuevo impulso a los movimientos ciudadanos que exigen decisiones participativas y responsables con el patrimonio natural y social de Santander.
En resumen
La lucha social y ambiental en Santander ha logrado detener —por ahora— el avance de los proyectos de fracking más polémicos, reafirmando el principio de que ni el desarrollo económico ni las inversiones pueden imponerse sobre las comunidades y su derecho a un ambiente sano.