El descaro en Girón: la Contraloría a punto de quedar en manos de las cuotas de John Abiud Ramírez y una pareja que nunca se separó
En Girón la elección del contralor ya no es un concurso de méritos: es el retrato del descaro político de John Abiud Ramírez y de una pareja que nunca se separó, solo se camufló para seguir repartiéndose el poder.

La elección del próximo contralor de Girón, que debería ser un concurso de méritos transparente, se ha convertido en un escándalo de favores políticos, irregularidades y simulaciones familiares. Todo apunta a que las cuotas del exalcalde John Abiud Ramírez, hoy con poder en la Cámara de Representantes, están a punto de quedarse con la entidad de control fiscal.
El Concejo de Girón avanza en la conformación de la terna para elegir al próximo contralor municipal. Un proceso que, según varios participantes, se ha visto empañado por irregularidades en las pruebas de conocimiento, la cadena de custodia de resultados y hasta en la exclusión de aspirantes. Pero el verdadero trasfondo de esta elección no está en los exámenes, sino en los nombres que encabezan la lista: personajes cercanos a John Abiud Ramírez, hermano del actual alcalde Campo Elías Ramírez, que controlan el tablero político del municipio.
Los puntajes más altos no son casualidad. Ana María Gandur, actual contralora de Floridablanca, encabeza la lista. Le sigue María Isabel Mantilla Rodríguez, quien en el pasado fue concejala y candidata a la Asamblea de Santander con el respaldo político de John Abiud. Su hoja de vida está atravesada por una historia que desnuda el cinismo político: fue esposa de Juan José Gómez, secretario de Educación durante la alcaldía de Abiud en 2016, jefe de División en la Cámara de Representantes y hoy secretario de Tránsito de Campo Elías Ramírez.
Lo que se vende como una separación entre Mantilla y Gómez es, en realidad, una farsa. No hay ruptura, solo conveniencia. Una pareja que sigue unida en la vida real, pero que en los papeles juega a estar dividida para multiplicar su poder político. Así, mientras ella busca quedarse con la Contraloría, él asegura espacios en la administración municipal y en cargos de confianza.
El descaro es evidente: una red familiar y política que se mantiene intacta, usando cargos de control como botín. La foto de Mantilla, Abiud, su esposa y Juan José Gómez, juntos y sonrientes, habla más que cualquier comunicado oficial. Una supuesta independencia que no existe y que desnuda la captura institucional que vive Girón.
A esta red se suma Diego Enrique Ramírez Sanguino, también cercano a Abiud y exfuncionario de la Cámara de Representantes. Con puntajes elevados en las pruebas, su nombre suena como otro de los opcionados para completar la terna. Todo dentro de un mismo círculo: los hermanos Ramírez, sus amigos y sus cuotas.
Mientras tanto, aspirantes independientes han denunciado irregularidades que les cerraron las puertas. Desde exámenes con tiempos insuficientes hasta puertas cerradas antes de la hora oficial. Las quejas apuntan a que el proceso nunca estuvo diseñado para dar oportunidad real a todos, sino para allanar el camino de quienes ya estaban destinados a quedarse con el control.

La Contraloría de Girón, un órgano que debería ser garante de vigilancia fiscal, está en riesgo de convertirse en una oficina más de los Ramírez y sus aliados. El poder de John Abiud sigue operando en silencio, disfrazado de concursos, puntajes y meritocracia, pero sostenido en el descaro de redes familiares que nunca se rompen.