El cinismo del concejal Jorge Flórez: ahora posa de moralista contra el gobernador
El concejal Jorge Flórez, rodeado de escándalos por contratos en el SENA y cafeterías en la UIS, ahora acusa al gobernador de “hacer política”. Un cínico sinvergüenza que predica dignidad mientras su familia se enriquece con el Estado.
El concejal chavista de primera línea, Jorge Flórez, volvió a encender los micrófonos, esta vez acusando al gobernador Juvenal Díaz Mateus de “hacer política” con la Alcaldía de Bucaramanga. Pero la indignación no radica en sus palabras, sino en la desfachatez con la que un personaje rodeado de escándalos de corrupción y violencia pretende dar lecciones de ética.
Flórez, recordado por ser el abogado de quienes incendiaban buses y bloqueaban calles en la primera línea, es el mismo que incita a sus compañeros de corporación a cogerse a golpes dentro del Concejo. Y, como si eso fuera poco, tampoco ha respondido por los contratos que su hermana Brigitte Dayanna Flórez Herrera recibió en el SENA, por más de 173 millones de pesos, bajo un esquema que raya en el descaro: pagos millonarios por funciones mínimas mientras los jóvenes de Bucaramanga —los mismos que le dieron el voto— sobreviven pasando hojas de vida de despacho en despacho.
No olvidemos tampoco que su familia es beneficiaria de cafeterías dentro de la UIS, donde pagan un arriendo simbólico mientras levantan propiedades en Bucaramanga, Girón y Floridablanca. Es decir, predican lucha social y justicia para los pobres, pero en la práctica se enriquecen a costa del Estado y del patrimonio público.
Y pese a este prontuario, el cabildante tiene el descaro de acusar al gobernador de querer “avasallar” la política regional. “Fue bastante burdo ver cómo entraban a la Alcaldía sin respetar la autonomía del municipio”, dijo Flórez, como si él no fuese parte de un movimiento político que ha hecho del doble rasero y la politiquería su sello.
El concejal también habló de un supuesto “show político” en materia de seguridad, cuestionando los consejos de gobierno liderados por Díaz en Bucaramanga. Pero su discurso pierde cualquier credibilidad frente a la incoherencia de su propia trayectoria: ¿cómo hablar de respeto institucional quien convirtió el Concejo en una plaza de confrontación? ¿Cómo exigir transparencia quien no da la cara por los negocios de su hermana y de su padre?
Al final, la pregunta es inevitable: ¿con qué autoridad moral Jorge Flórez pretende señalar a otros, cuando su propia carrera política es un monumento a la hipocresía? Bucaramanga no necesita más populismo barato disfrazado de indignación, sino dirigentes serios, y este concejal es, por lejos, el peor ejemplo de lo que significa representar a la ciudadanía.