¿Educación o campaña? Preocupación por el manejo de $46.000 millones en las UTS bajo la sombra de la política

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Aunque las UTS anunciaron una adición de $46.000 millones para ampliar cobertura y bienestar estudiantil, crecen las sospechas de que estos recursos terminen siendo utilizados como caja menor de la campaña a la Gobernación de Omar Lengerke.

¿Educación o campaña? Preocupación por el manejo de $46.000 millones en las UTS bajo la sombra de la política
Las Unidades Tecnológicas de Santander (UTS) anunciaron con bombos y platillos una adición presupuestal de $46.000 millones, aprobada en el Consejo Directivo de la institución. Según la versión oficial, los recursos se destinarán a ampliar la cobertura, fortalecer la infraestructura y mejorar el bienestar estudiantil.

Sin embargo, en los pasillos políticos y académicos la preocupación es creciente: ¿están garantizados estos dineros para los estudiantes, o terminarán siendo combustible electoral en la campaña a la Gobernación de Omar Lengerke?

El rector de las UTS, Omar Lengerke Pérez, cercano a sectores políticos que hoy promueven su aspiración a la Gobernación de Santander, fue exaltado por su “compromiso con la educación superior”. No obstante, voces críticas advierten que esta millonaria inyección presupuestal podría desbordar el límite entre la gestión institucional y la financiación velada de una campaña.

Un presupuesto que genera dudas

El secretario de Educación de Santander, Nicolás Ordóñez, presidió la reunión en la que se aprobó la adición presupuestal. Allí se presentaron cifras récord de matrícula, avances tecnológicos como la plataforma InfoUTS y resultados académicos positivos. Pero detrás del discurso oficial, algunos consejeros y observadores externos han planteado preguntas incómodas: ¿qué mecanismos de control existen para asegurar que estos recursos no se usen en propaganda política?

Más aún, la inquietud se refuerza porque las tipografías, símbolos y logotipos de la institución ya han sido asociados en espacios públicos y redes personales con la promoción política de Lengerke, lo que alimenta la sospecha de un eventual desvío de fines institucionales hacia la campaña electoral.

El dilema: inversión o clientelismo

En teoría, los recursos de las UTS —provenientes de la Ley 2468 de 2025 que permitió redirigir dineros del Fonpet hacia inversión— deberían garantizar vivienda estudiantil, mejoramiento vial en áreas rurales, subsidios para adultos mayores y acciones de gestión del riesgo. Pero en la práctica, lo que se discute es si estos millones se convertirán en un botín de campaña disfrazado de inversión educativa.

La historia política del departamento muestra que las instituciones de educación superior han sido usadas en más de una ocasión como plataforma electoral, con contratos, becas y programas sociales puestos al servicio de candidatos. En ese contexto, que las UTS manejen ahora $46.000 millones adicionales justo cuando su rector aspira a la Gobernación no es un detalle menor.

Un llamado a la vigilancia ciudadana

Ante este panorama, analistas y veedores ciudadanos han llamado a una estricta vigilancia sobre el manejo de los recursos, la contratación y la ejecución de proyectos. Lo que está en juego no solo es la transparencia del proceso, sino también la credibilidad de una de las instituciones más importantes del oriente colombiano.

La pregunta, entonces, es directa: ¿serán los estudiantes los verdaderos beneficiados de esta millonaria adición, o los santandereanos presenciarán cómo el presupuesto educativo termina pavimentando la campaña política de Omar Lengerke?