Dolor en Santander: mayor bumangués entre las víctimas del ataque contra helicóptero en Antioquia
El nombre del mayor Carlos Eduardo Mateus Ovalle quedará grabado en la memoria de Santander como un héroe caído en cumplimiento de su deber. Su partida duele, pero también recuerda la deuda pendiente del Estado con quienes entregan la vida por la seguridad de Colombia.

Santander llora la pérdida del mayor Carlos Eduardo Mateus Ovalle, un hijo de Bucaramanga que murió en el ataque contra un helicóptero de la Policía en Amalfi, Antioquia. La violencia vuelve a arrebatarle a la patria a uno de sus mejores hombres, mientras crece la indignación por la barbarie de las disidencias de las Farc.
El mayor Carlos Eduardo Mateus Ovalle, de 35 años, era el piloto del helicóptero que fue atacado por las disidencias del Frente 36 de las Farc en zona rural de Amalfi. El operativo contra el narcotráfico terminó en tragedia con un saldo de 13 uniformados asesinados y varios heridos.
Con 14 años de servicio en la Policía, Mateus era reconocido por su disciplina, entrega y compromiso. Sus familiares, entre Bucaramanga y Palmito (Sucre), lo recuerdan como un hombre de vocación que soñaba con servir desde el aire. “Carlos siempre quiso volar, pero más que todo quiso proteger vidas”, relatan allegados.
El ataque, ejecutado presuntamente con un dron cargado de explosivos, obligó a un aterrizaje de emergencia y desencadenó la masacre. Los responsables celebraron con un “coronamos”, en un acto que desgarra aún más la memoria de las víctimas.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una ofensiva contra el Clan del Golfo y las disidencias, calificándolos como “carteles de narcotráfico y terror” que serán enfrentados con toda la fuerza del Estado.
En Bucaramanga la noticia cayó como un golpe al corazón. La muerte de Mateus Ovalle no solo significa la pérdida de un oficial ejemplar, sino un símbolo más del sacrificio que Santander entrega al país en medio de una guerra que no cesa.