Cumbre de seguridad en Bucaramanga: muchas sillas ocupadas, pocas soluciones reales

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Aunque las autoridades intentaron dar un parte de tranquilidad, la llamada cumbre de seguridad evidenció la desconexión entre los gobiernos locales y la cruda realidad que viven los ciudadanos: más violencia y menos presencia estatal.

Cumbre de seguridad en Bucaramanga: muchas sillas ocupadas, pocas soluciones reales
Mientras aumentan los homicidios, los atracos y el caos en las calles, los alcaldes del área metropolitana se reunieron una vez más en una cumbre que dejó muchas fotos, discursos optimistas… y pocas respuestas a la crisis de seguridad que vive Santander.

En medio del creciente deterioro de la seguridad en el área metropolitana, este viernes se llevó a cabo en Bucaramanga la llamada Cumbre de Alcaldes y Secretarios del Interior, convocada por la Policía Metropolitana. Al evento asistieron el gobernador de Santander, Juvenal Díaz Mateus, y los mandatarios de Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Piedecuesta, Lebrija y Los Santos, así como los secretarios del Interior y el comandante de la Policía Metropolitana, coronel Henry Yesid Bello Cubides.

La cumbre tenía como objetivo analizar la situación de orden público en la región. Sin embargo, más allá de las palabras y los discursos, no se anunciaron medidas nuevas ni decisiones concretas frente a los problemas que más preocupan a la ciudadanía: el aumento de homicidios, el desbordado hurto a personas, la ocupación del espacio público, los problemas de movilidad y la debilidad en el control territorial.

El gobernador Juvenal Díaz, en su intervención, repitió su mensaje de que “Santander sigue siendo un departamento seguro”, minimizando el impacto de los recientes hechos violentos en municipios como Barrancabermeja y Bucaramanga. Un mensaje que contrasta con la percepción ciudadana, cada vez más marcada por el miedo y la desconfianza.

Por su parte, el alcalde de Floridablanca, José Fernando Sánchez Carvajal, aprovechó para pedir más pie de fuerza y mayor acompañamiento del Ejército Nacional en operativos, sin mencionar que su propio municipio lleva más de cinco meses sin coordinador de seguridad, y que los problemas de control territorial, espacio público y microtráfico siguen creciendo sin respuesta clara de su gobierno.

Tampoco se habló de planes integrales de prevención del delito ni de inversión social en zonas vulnerables, como lo han venido exigiendo líderes barriales. Mientras tanto, la ciudadanía se sigue preguntando: ¿hasta cuándo las reuniones serán solo un desfile de cargos sin impacto real en la vida diaria de la gente?