Constructores cumplen con el contrato en la vía Onzaga - San Joaquín - Mogotes, pero condiciones del contrato reducen recursos para avanzar más rápido
La discusión sobre la vía Onzaga – San Joaquín – Mogotes refleja la necesidad de mayor pedagogía hacia las comunidades sobre cómo se estructuran este tipo de contratos y por qué no siempre el ritmo de pavimentación es sinónimo de incumplimiento.
En medio de su visita a Santander, la Consejera Presidencial para las Regiones, Luz María Múnera Medina, volvió a referirse al estado de la vía Onzaga – San Joaquín – Mogotes, adjudicada por el Instituto Nacional de Vías (Invías) a través de la Gobernación de Santander.
Sin embargo, sus declaraciones han generado debate, pues desconocen un aspecto esencial del contrato: el alcance de la obra no se limita a la construcción, sino que incluye también el mantenimiento de la carretera, lo que implica una distribución de los recursos a lo largo del tiempo.
Según expertos en contratación de infraestructura, este modelo contractual busca asegurar que la vía no solo sea entregada, sino que se mantenga en óptimas condiciones durante el periodo pactado. Esto significa que, aunque los avances de obra sean constantes y en debida forma, los recursos disponibles en cada fase se ven fraccionados, dado que los mismos deben destinarse para resolver problemas de movilidad en la zona.

Fuentes cercanas al proceso confirmaron que los contratistas han cumplido con los cronogramas y entregas parciales establecidos, y que el ritmo de ejecución responde directamente a las obligaciones técnicas y financieras previstas. “La comunidad debe saber que no es falta de gestión de los constructores, sino un esquema que los obliga a destinar esos mismos recursos a reparar imprevistos y arreglos no contemplados desde el inicio, y eso la gente lo tiene que saber”, señalaron.
Pese a ello, la consejera Múnera responsabilizó directamente al gobernador de Santander por la demora en la culminación del proyecto, afirmando que “no avanza porque el gobernador no avanza”. No obstante, en sus declaraciones omitió el detalle clave sobre la naturaleza mixta del contrato, lo que, de acuerdo con analistas del sector, distorsiona la percepción pública y puede minar la confianza en un proceso que sí ha tenido avances reales.
“Es fundamental que los voceros del Gobierno Nacional se informen de primera mano sobre los términos contractuales antes de emitir juicios. La obra ha venido cumpliendo las etapas previstas y lo que hoy se percibe como ‘lentitud’ obedece a un modelo que protege la inversión y garantiza el mantenimiento de la vía durante todo el plazo contractual”, indicó un ingeniero consultor de San Gil que conoce el proyecto.
La discusión sobre la vía Onzaga – San Joaquín – Mogotes refleja la necesidad de mayor pedagogía hacia las comunidades sobre cómo se estructuran este tipo de contratos y por qué no siempre el ritmo de pavimentación es sinónimo de incumplimiento. Eso es lo primero que debe hacerse desde el gobierno nacional y departamental.