Chatarra del alumbrado: un debate estéril, lleno de desorden y sin pruebas reales contra el alcalde de Bucaramanga
Sin rigor, sin pruebas y sin liderazgo: así fue el pésimo debate en el Concejo sobre el escándalo de la chatarra. La oposición improvisó, los concejales se enredaron con el reglamento y el alcalde salió ileso, otra vez.

El tan esperado debate de control político en el Concejo de Bucaramanga, que pretendía esclarecer el destino de luminarias y chatarra del sistema de alumbrado público, terminó siendo un espectáculo desafinado, sin rigor técnico ni consecuencias políticas.
Pese a la gravedad del tema —la desaparición de postes y lámparas que, presuntamente, fueron vendidos como chatarra en el Mercado de las Pulgas—, la sesión se convirtió en una muestra más de la improvisación de la oposición. La bancada crítica al gobierno local no solo llegó sin pruebas sólidas que vincularan directamente al alcalde, sino que además dejó en evidencia su desconocimiento del reglamento interno del Concejo, protagonizando una discusión desordenada y sin liderazgo claro.
El concejal Carlos Parra presentó imágenes satelitales, bitácoras de vigilancia y testimonios sobre la posible fundición del material para fabricar cucharas y otros objetos de cocina, pero la falta de una línea argumentativa robusta y de evidencia concluyente convirtió el debate en un ejercicio estéril que no permitió avanzar hacia responsabilidades claras.
Para completar el bochornoso panorama, la falta de preparación en aspectos procedimentales por parte de los llamados “concejales” del cabildo —quienes intentaron sin éxito tomar el control de la sesión—, dejó claro que la oposición no está preparada para ejercer una veeduría seria ni coherente frente al gobierno municipal.
La Alcaldía, por su parte, se limitó a señalar que los errores provienen de gobiernos anteriores y que hoy se trabaja en mejorar los sistemas de control. Una respuesta estándar que, en medio del caos del debate, sonó incluso razonable ante la evidente falta de peso de las acusaciones.
La Fiscalía sí tiene en sus manos parte del expediente, pero si el nivel del debate se mantiene como hasta ahora, lo único claro es que seguiremos viendo escándalos que se apagan tan rápido como los reflectores del Concejo.