Cafeteros de Santander proyectan leve caída en la producción para 2025, pero confían en buenos precios
En las provincias de Guanentá y Comunera, epicentro de la caficultura departamental, ya se adelantan las labores de preparación de los cultivos.

El panorama cafetero en Santander para 2025 será más moderado que el del año anterior, aunque los productores mantienen el optimismo gracias a la calidad de los granos y la estabilidad en los precios internacionales.
En las provincias de Guanentá y Comunera, epicentro de la caficultura departamental, ya se adelantan las labores de preparación de los cultivos. Allí, la cosecha prevista para iniciar en septiembre es clave para la economía local, pues esta actividad representa uno de los motores productivos de la región.
Tras la excelente producción registrada en 2024, los cafeteros son conscientes de que el rendimiento de este año no alcanzará las mismas cifras. Factores como el desgaste natural de los cultivos y la edad de las plantas han generado una proyección de disminución cercana al 20 %. “El año pasado tuvimos una cosecha excepcional, por eso sabíamos que este 2025 sería un poco más bajo. Aun así, el panorama es positivo”, explicó Gerónimo Sarmiento, miembro del Comité de Cafeteros de El Socorro, principal municipio productor del grano en Santander.
Otros caficultores respaldan este cálculo. Leonicio Daza, de El Páramo, recordó que en 2024 logró 2.800 kilos y este año espera alcanzar los 2.500 kilos. De igual forma, Néstor Serrano Capacho, director ejecutivo del Comité Departamental, confirmó que la producción pasará de 545.000 kilos en 2024 a unos 450.000 en 2025, una cifra mejor de lo esperado gracias a los programas de renovación de cafetales.
El clima y la calidad del grano, aliados clave
Aunque la reducción en la producción podría preocupar a algunos, los productores insisten en que las condiciones climáticas han sido favorables. “Tenemos suficiente agua y los granos que están saliendo tienen excelente tamaño, maduración y calidad”, aseguró Daza. Actualmente, los caficultores realizan labores de “pepeo” para controlar la broca, además de macaneo y fertilización final, esperando que las lluvias continúen, pero sin granizo ni vendavales que afecten las plantaciones.
Los precios mantienen el optimismo
Uno de los factores que sostiene el buen ánimo del sector es el valor de la carga de café. En 2024, los precios se ubicaron entre $2,8 y $3,2 millones, cifras que difícilmente se repetirán este año, pero que se mantienen atractivas. “Si logramos mantenernos por encima de los $2,5 millones por carga, será un buen año”, expresó Pedro Julio Solano, productor de Ocamonte.
Ricaurte Becerra, caficultor del Valle de San José, resaltó que la estabilidad de precios es vital, especialmente ante el aumento de costos de producción y la posible subida de la mano de obra durante la recolección.
El valor de la carga de café pergamino seco cerró ayer en Bucaramanga en $2,6 millones, y las proyecciones apuntan a que podría seguir al alza. La mirada también está puesta en el efecto que puedan tener las medidas internacionales, como los aranceles del 50 % que Estados Unidos impuso a Brasil, el segundo mayor productor del mundo.