Brote de tuberculosis en Palogordo destapa crisis sanitaria imparable en las cárceles de Santander
La tuberculosis avanza en las cárceles de Santander, mientras el hacinamiento, la falta de controles y la precariedad sanitaria facilitan su propagación. Tres prisiones ya están afectadas y las medidas actuales parecen insuficientes para frenar la crisis.

Hacinamiento, falta de controles médicos y abandono institucional: esas son las condiciones que hoy permiten que la tuberculosis se propague sin freno en el sistema penitenciario de Santander.
El más reciente brote, detectado en la Cárcel de Máxima Seguridad de Palogordo en Girón, ya suma 29 internos afectados y se convierte en el tercer centro carcelario del departamento golpeado por la enfermedad en 2025.
El defensor de derechos carcelarios, Hernando Mantilla Medina, alertó que el brote habría iniciado con el traslado de reclusos desde una estación de Policía en Barrancabermeja, donde no se aplican controles médicos previos al ingreso. “Cuando se detectan los síntomas, el riesgo de contagio ya es masivo”, advirtió.
El director de Palogordo, Eliasid Durán Sánchez, confirmó que se activaron protocolos de emergencia con apoyo de las secretarías de Salud de Santander y Girón, que incluyen aislamiento de casos positivos, tamizajes y reforzamiento de medidas de control epidemiológico.
Este episodio se suma a los más de 100 casos registrados este año en la Cárcel Modelo de Bucaramanga y a los 18 detectados en el centro penitenciario de Barrancabermeja, lo que evidencia una crisis sanitaria persistente. Organismos de derechos humanos advierten que la situación exige reformas urgentes: exámenes médicos obligatorios antes del ingreso, mejores condiciones de hacinamiento y protocolos unificados para prevenir futuros brotes.