Bloqueo total en ‘Paso Malo’: diez años de promesas rotas y abandono oficial

La comunidad del norte de Bucaramanga, cansada de una década de engaños, mantiene desde hace más de 24 horas bloqueada la vía nacional que conecta la capital santandereana con la Costa Atlántica. Denuncian que ni el puente Nariño ni la reparación integral de la vía han sido cumplidos, pese a reiteradas promesas de gobernadores y alcaldes que, tras ganar las elecciones, jamás volvieron a la zona.

El sector conocido como Paso Malo es hoy un punto crítico. Los vecinos aseguran que las obras pactadas nunca se materializaron y que el deterioro del corredor vial, sumado a nuevas afectaciones a viviendas, ha generado accidentes constantes. “Hace 10 años nos prometieron el puente y el arreglo de la vía. Tumbaron el puente, hicieron remiendos superficiales y nada más. Ayer un bus con 42 niños casi se voltea aquí. Esa es la realidad que nos toca vivir”, afirmó la líder comunitaria Ofelia Pabón.

A la problemática vial se suma el abandono de la infraestructura educativa. “El gobierno construyó un colegio con cimientos mal hechos y ahora está inhabilitado. Nuestros hijos deben ir a estudiar a otros sectores, arriesgando la vida en el transporte. Pasaron 36 meses desde que tumbaron el puente Nariño y ni siquiera lo han empezado a reconstruir”, advirtió Yamit Coronel.

Las quejas también apuntan a la falta de transparencia y al incumplimiento de contratos. Según Diana Gancino, las decisiones y obras nunca han sido socializadas con la comunidad, el contrato 078-087 se incumplió y cuando llegan a hacer algún mantenimiento es solo después de protestas. “Echan fresado de segunda que se pierde con la primera lluvia. La repotenciación del puente se incumplió y eso terminó empeorando todo”, denunció.

Los manifestantes afirman que permanecerán en el lugar, autorizando únicamente corredores humanitarios, hasta que haya un compromiso serio y presencial de las autoridades. Exigen reconstruir el puente Nariño, reparar de forma integral la vía, atender las 121 viviendas afectadas y culminar las obras escolares.

El mensaje es claro: en Paso Malo ya no creen en promesas de campaña. La comunidad sabe que si se detiene la protesta sin acuerdos concretos, volverán a ser olvidados.