Barrancabermeja: tres asesinatos en un solo día revelan el fracaso en seguridad

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El sangriento fin de semana en Barrancabermeja dejó en evidencia la fragilidad de la seguridad en la ciudad: tres homicidios, entre ellos un doble asesinato en pleno establecimiento público, confirman que el sicariato sigue marcando el rumbo.

Barrancabermeja: tres asesinatos en un solo día revelan el fracaso en seguridad
La violencia volvió a golpear a Barrancabermeja en pleno puente festivo. Tres homicidios en menos de 24 horas dejaron en evidencia la incapacidad de las autoridades locales y regionales para frenar el sicariato que, lejos de reducirse, parece estar recobrando fuerza en la ciudad.

El hecho más grave ocurrió la noche del lunes en un establecimiento público del barrio Villarelis, en la comuna 7, donde un sicario ingresó con casco, disparó indiscriminadamente y huyó sin dejar rastro. En el lugar murió de manera inmediata Leonardo Fabio Ardila, de 29 años, mientras que Natalia Elena Upegui, de 32, recibió un disparo que terminó costándole la vida en un centro asistencial.

Horas antes, en ese mismo sector de la ciudad, había sido asesinado Álvaro Andrés Rodríguez Olarte, alias Chimuelo, un joven de 22 años que recibió seis disparos en la cabeza.

Con estos tres crímenes, Barrancabermeja ya suma 101 homicidios en lo que va del 2025, una cifra que deja en entredicho los anuncios oficiales de “mejoras en seguridad” y que desnuda la vulnerabilidad de la ciudadanía frente a la violencia armada.

Pero la tragedia no terminó en el tiroteo. La familia de Natalia Upegui denunció un drama adicional: el abandono del Instituto de Medicina Legal en Barrancabermeja, que desde hace un mes no cuenta con cuartos fríos para preservar los cuerpos. Esto obliga a trasladar los cadáveres hasta Bucaramanga, con costos que deben asumir los familiares —en este caso, alrededor de 400 mil pesos—. Un golpe más al dolor de quienes pierden a sus seres queridos en medio de la violencia.

Las autoridades policiales hablan de hipótesis, de planes candado y de investigaciones en curso. Sin embargo, la realidad en las calles es otra: la sensación de que la ciudad está a la deriva, convertida en un territorio donde el sicariato impone las reglas y la ciudadanía queda atrapada en medio de promesas oficiales que no se cumplen.

Incluso bandas delincuenciales como Los de la MBúcaros y La Unión, que recientemente anunciaron su intención de sumarse a un proceso de “paz urbana”, emitieron un comunicado para desligarse de los hechos. Pero mientras se reparten responsabilidades, lo cierto es que Barrancabermeja vive una de sus peores crisis de seguridad en los últimos años.

La indignación crece entre los habitantes, que sienten que la ciudad petrolera ha sido abandonada por el Estado y que cada homicidio se convierte en una estadística más, mientras las promesas de seguridad y justicia siguen siendo letra muerta.