Barrancabermeja, hastiada con Gustavo Moreno: el senador que se vende como antipetrista, pero vive de la burocracia que le entrega Petro

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Gustavo Moreno engañó a sus electores: prometió enfrentar a Petro y terminó viviendo de sus dádivas. Hoy Barrancabermeja lo repudia, hastiada de ver cómo convierte la Unidad de Víctimas en botín político, mientras los verdaderos afectados por la guerra siguen olvidados.

Barrancabermeja, hastiada con Gustavo Moreno: el senador que se vende como antipetrista, pero vive de la burocracia que le entrega Petro
La indignación crece en Barrancabermeja y en Santander entero: el senador Gustavo Adolfo Moreno Hurtado, que en campaña se presentó como férreo opositor de Petro, hoy aparece como uno de sus más beneficiados. Desde la Unidad de Víctimas, entidad que maneja un presupuesto de 4,5 billones de pesos, ha montado un fortín burocrático para su clan político, mientras miles de víctimas siguen esperando reparación.

Un “antipetrista” que vota con Petro

Gustavo Moreno, nacido en Barrancabermeja y pupilo del cuestionado exalcalde Alfonso Eljach, llegó al Senado en 2022 vendiéndose como renovación política. Pero muy pronto abandonó el libreto de la oposición: respaldó la “paz total”, la reforma pensional, la reforma laboral y hasta la frustrada consulta popular impulsada por el Gobierno. También apoyó a los magistrados propuestos por el petrismo en la Corte Constitucional.
Ese respaldo no fue gratis: a cambio recibió la joya de la corona, la Unidad para las Víctimas, que administra la reparación de más de diez millones de colombianos golpeados por la guerra. Un premio político a costa del dolor de quienes lo perdieron todo.

El fortín burocrático en Bogotá

El descontento ciudadano se alimenta de los nombres y rostros detrás del negocio. Adith Rafael Romero Polanco, exsecretario de Gobierno en la alcaldía de Eljach, fue nombrado director de la Unidad en 2024 sin más mérito que ser ficha de Moreno. Desde allí montó una red de poder: de los 42 cargos directivos, 22 están en manos de personas ligadas al senador, 19 de ellos con raíces en Santander.
Los casos son descarados. Luis Gabriel Taboada Castro, gerente de su campaña y donante, hoy ocupa dos puestos clave en la entidad. Francisco Yesid Triana Castillo, que le aportó diez millones en 2022, tiene bajo su mando tres direcciones. Otros exfuncionarios de Barrancabermeja y Lebrija pasaron de los pasillos locales a manejar presupuestos multimillonarios en Bogotá.

Víctimas relegadas, contratos inflados

Lo que más indigna a la gente del puerto petrolero es que, mientras sus paisanos son usados como fichas burocráticas, las víctimas reales siguen esperando. Los informes de la Contraloría muestran un panorama alarmante: de los 4,5 billones asignados este año, solo se ha ejecutado el 24 %. En reparación individual, los avances no llegan ni al 10 %.
En contraste, los contratos estallan en sobrecostos y ridiculeces: ollas comunitarias de 19 millones de pesos, plantas aromáticas por cuatro millones y kits de “armonización” indígena de hasta un millón y medio. Incluso se documentaron uniformes deportivos para 150 asistentes, cuando solo participaron 80. Todo con plata destinada a los sobrevivientes del conflicto.

El hastío en Barrancabermeja

En las calles de Barrancabermeja la rabia es evidente. Ciudadanos que lo vieron crecer en la política local lo acusan de haberse entregado a Petro para engordar sus cuotas. “Ese muchacho decía que era oposición, pero apenas olió la burocracia se vendió. Aquí todo el mundo sabe que es el senador del petrismo en Santander”, dice un líder comunal del barrio Galán.
Las voces de inconformidad señalan que la Unidad de Víctimas se convirtió en la caja menor del clan Eljach-Moreno, usada para pagar favores políticos y proyectar las elecciones de 2026. Mientras tanto, las viudas, los desplazados y los huérfanos siguen esperando una reparación que nunca llega.