Aumento de violencia en el norte de Bucaramanga: vecinos exigen seguridad tras atentado sicarial en Betania
Ataque a domiciliario en Betania Etapa 9 refleja la creciente inseguridad y la falta de respuestas efectivas
BUCARAMANGA - BARRIO BETANIA — "Vivimos con miedo, cada vez es más común escuchar disparos en las calles", denuncia Juana Martínez, residente del sector. El jueves 4 de diciembre, Jonathan Javier Quintero Toro, domiciliario del barrio Betania Etapa 9, fue víctima de un ataque sicarial mientras trabajaba. Este hecho, que dejó a la víctima herida de bala, evidencia la preocupante escalada de violencia en esta zona del norte de Bucaramanga.
Desde hace meses, los habitantes reportan aumento en hechos violentos, pero la percepción de abandono por parte de las autoridades crece entre la comunidad. Jonathan Javier Quintero Toro fue interceptado mientras entregaba un pedido en su motocicleta cuando un sujeto desconocido le disparó a quemarropa y huyó. A pesar de estar consciente, fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Santander para atención especializada.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga ha anunciado que investiga el caso, y ha relacionado provisionalmente el ataque con un posible ajuste de cuentas debido al historial judicial de Quintero por estupefacientes en 2010, sin embargo, esta versión no logra calmar la incertidumbre y desconfianza en el sector.
"Nos sentimos inseguros, nadie nos garantiza que esto no vuelva a pasar. No hemos visto planes claros para mejorar la seguridad en el barrio"
— José Gómez, habitante del barrio Betania
Representantes de organizaciones comunitarias y expertos en seguridad ciudadana coinciden en que la violencia en sectores como Betania ha venido en aumento sin que las estrategias policiales ni municipales hayan logrado una respuesta contundente. La falta de prevención, acompañamiento y programas de vigilancia comunitaria son algunas de las críticas que hacen estos actores.
Fiscalización y verificación de ejecución:
Según datos del Observatorio de Seguridad de Bucaramanga, los hurtos y ataques con armas de fuego han incrementado un 18% en el norte de la ciudad durante 2025, sin que las cifras oficiales reflejen medidas reales para contener esta problemática. Además, la ejecución presupuestal de programas sociales y de prevención en seguridad apenas supera el 60% de lo asignado, lo que genera dudas sobre la gestión de los mismos.
Propuestas desde la sociedad y expertos independientes:
Especialistas en seguridad ciudadana de la Universidad Industrial de Santander proponen implementar un modelo de vigilancia comunitaria con capacitación permanente y dotación tecnológica para las juntas de acción comunal y líderes vecinales.
- Instalación de cámaras de vigilancia en puntos críticos, con monitoreo en tiempo real por parte de la Policía Metropolitana.
- Creación de botones de emergencia conectados directamente con el Centro de Gestión del Riesgo de Bucaramanga.
- Programas de prevención y encuentro comunitario que fortalezcan el tejido social, replicando experiencias exitosas de Medellín y Cali.
Las organizaciones sociales de Betania y sectores vecinos exigen a las autoridades locales un plan de seguridad integral con presupuesto definido y participación comunitaria efectiva para evitar que hechos como el ocurrido se sigan repitiendo.
¿Cuándo dejará la administración municipal de Bucaramanga responder con promesas vacías y asumirá la responsabilidad de garantizar la seguridad real en el norte, un sector cada vez más afectado por la violencia?
Contexto adicional: La violencia con arma de fuego en el norte de Bucaramanga ha mostrado un incremento en 2025, generando impacto en comunidades como Betania, donde la sensación de inseguridad limita la calidad de vida y la convivencia pacífica.
Fuentes consultadas: Habitantes del barrio Betania, líderes comunitarios, Observatorio de Seguridad de Bucaramanga, expertos en seguridad ciudadana de la UIS, agentes de Policía consultados, autoridades locales consultadas sin respuesta formal.
