Accidente en Floridablanca mientras los alcaldes siguen pensando qué hacer con el tránsito

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Una tractomula cargada de alimentos se volcó en la autopista Floridablanca–Piedecuesta, dejando pérdidas por $200 millones y un caos vehicular que desnuda la inacción de los alcaldes frente a la crisis de movilidad metropolitana.

Accidente en Floridablanca mientras los alcaldes siguen pensando qué hacer con el tránsito
El caos vial volvió a golpear a los habitantes del área metropolitana de Bucaramanga. En la madrugada del lunes 22 de septiembre, una tractomula cargada con toneladas de cebolla, papa y zanahoria terminó volcada en la autopista que conecta a Piedecuesta con Floridablanca, dejando pérdidas superiores a los 200 millones de pesos y un monumental trancón que se extendió por horas.

El accidente se registró hacia la 1:00 a.m., cuando un vehículo particular salió de manera repentina por un retorno. El conductor del camión, que viajaba desde Tunja con destino a Valledupar, intentó una maniobra para evitar la colisión, pero terminó volcado sobre la vía. Aunque salió ileso, la carga quedó esparcida por toda la carretera, representando la mayor parte de las pérdidas.

Una autopista al borde del colapso

Lo ocurrido no solo refleja la fragilidad de la movilidad en la autopista, sino también la ausencia de soluciones de fondo. Desde las 6:00 a.m., la vía se convirtió en un parqueadero interminable, afectando a decenas de trabajadores y estudiantes que, una vez más, vieron cómo su tiempo se esfumaba atrapados en un trancón.

Mientras tanto, los alcaldes del área metropolitana siguen discutiendo planes de papel para el tránsito, sin que exista una estrategia clara para reducir los accidentes, ordenar los retornos peligrosos o mejorar la infraestructura de una de las carreteras más críticas de la región.

Investigaciones que no resuelven nada

Las autoridades de tránsito informaron que adelantan investigaciones para establecer las causas exactas del siniestro. Sin embargo, para los ciudadanos, estas pesquisas se han vuelto un trámite repetitivo que nunca desemboca en acciones concretas. Los retornos mal diseñados, la señalización precaria y la falta de vías alternas siguen siendo un cóctel explosivo para la accidentalidad.

El resultado de la madrugada de este lunes fue claro: millones en pérdidas, productos agrícolas arruinados y cientos de conductores atrapados. Y mientras los ciudadanos pagan las consecuencias, los mandatarios locales continúan debatiendo diagnósticos en lugar de ejecutar soluciones.